La decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha generado preocupación a nivel global. Como el mayor donante de esta entidad, la salida de EE. UU. pone en riesgo la financiación de iniciativas clave de salud pública y la capacidad de respuesta ante pandemias. Este movimiento, anunciado recientemente, podría tener consecuencias significativas tanto para la salud mundial como para la política exterior estadounidense.
La importancia de la OMS en la salud global
Creada en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial, la Organización Mundial de la Salud es una agencia internacional que coordina respuestas globales a brotes de enfermedades, establece estándares de salud y prioriza la asignación de recursos.
“La OMS ayuda a determinar dónde centrar nuestra atención para ayudar a las comunidades más afectadas”, explicó Aleksandra Jakubowski, experta en ciencias de la salud y economía. La red mundial de vigilancia de enfermedades de la OMS ha sido crucial en la lucha contra enfermedades como ébola, malaria, tuberculosis y VIH, además de pandemias como el COVID-19.
Entre sus logros más destacados se encuentra la erradicación de la viruela, un ejemplo del impacto global que la coordinación internacional puede lograr.
El rol de Estados Unidos como mayor donante de la OMS
Estados Unidos ha sido históricamente el mayor contribuyente a la OMS, responsable del 22% de las contribuciones obligatorias durante el periodo 2024-2025, además de aportes voluntarios significativos. Estas contribuciones representan el 18% del presupuesto total de la organización, que asciende a 6,800 millones de dólares en su ciclo bienal más reciente.
“La retirada de EE. UU. supondría una gran pérdida financiera para la OMS”, señala Jakubowski. Sin un aumento de aportes privados o de otros países, el presupuesto de la OMS podría enfrentar recortes significativos, afectando sus programas de vigilancia de enfermedades y respuesta a emergencias.
Impacto en la vigilancia de enfermedades y respuesta ante pandemias
Además, esta salida podría debilitar la capacidad global para rastrear y responder a enfermedades infecciosas. “Vamos a perder nuestra capacidad de acceder a un sistema de vigilancia global que ha sido esencial para responder con rapidez y eficacia ante pandemias”, advirtió Jakubowski.
Neil Maniar, director del programa de maestría en salud pública de Northeastern, destacó que la decisión de Trump tendrá un efecto dominó: “Vivimos en una sociedad globalizada. Lo que ocurre en una parte del mundo repercute en otras partes, incluido Estados Unidos.”
El intercambio de datos y las mejores prácticas en salud pública podrían verse afectados, reduciendo la eficacia de las respuestas ante futuros brotes.
Consecuencias para la política exterior de EE. UU.
Asimismo, las implicaciones en salud global, podría afectar la influencia diplomática de Estados Unidos. “Las generosas contribuciones de EE. UU. a la OMS han generado buena voluntad y respeto internacional”, afirmó Jakubowski. Este “poder blando” ha fortalecido la posición de Estados Unidos en negociaciones internacionales y ha contrastado la creciente influencia de China en regiones como África subsahariana.
La pérdida de esta posición podría repercutir en la capacidad de Estados Unidos para liderar esfuerzos globales en salud pública y otras áreas críticas.
Avances médicos en riesgo
La OMS no solo coordina respuestas ante emergencias, sino que también establece estándares globales en medicina y tratamientos. Según el profesor Richard Wamai, la reciente aprobación de un tratamiento oral para la leishmaniasis visceral por parte de la organización permite a países en desarrollo implementar terapias sin necesidad de realizar ensayos propios, acelerando el acceso a medicamentos que salvan vidas.
Con la salida de Estados Unidos, estos avances podrían retrasarse, afectando a millones de personas en comunidades vulnerables.
El movimiento de Trump de retirar a EE. UU. de la OMS no es nuevo. En su primer mandato en 2020, intentó el mismo proceso, acusando a la organización de ayudar a China a ocultar información sobre los orígenes del COVID-19. Sin embargo, el presidente Joe Biden revocó esta decisión en su primer día de mandato.
Ahora, con Trump nuevamente en el poder, el proceso de retirada ha sido reiniciado. Según Maniar, EE. UU. tiene un periodo de 12 meses para cumplir con sus obligaciones antes de que la salida se haga oficial.