El Dr. Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), participó en el 20º Congreso de Investigación en Salud Pública 2025 del Instituto Nacional de Salud Pública de México, donde expuso los retos en salud que enfrenta la región y presentó soluciones innovadoras para garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud.
Durante la inauguración del 20º Congreso de Investigación en Salud Pública 2025, celebrado en Cuernavaca, México, el Dr. Jarbas Barbosa subrayó la necesidad de fortalecer los sistemas de salud en América Latina y el Caribe, una región marcada por inequidades persistentes y nuevos desafíos derivados de la pandemia. En su conferencia magistral, titulada “La agenda prioritaria de salud en América Latina y el Caribe”, el director de la OPS destacó la importancia de abordar estos problemas con estrategias basadas en innovación, colaboración intersectorial y políticas públicas integrales.
Inequidades y envejecimiento poblacional: desafíos urgentes
Uno de los principales puntos abordados por Barbosa fue la desigualdad estructural en la región. “La región de las Américas es la más inequitativa del mundo”, afirmó, al referirse a la brecha en el acceso a la salud entre países como Estados Unidos y Haití, así como las diferencias internas dentro de cada nación. “Las disparidades en los indicadores y resultados de salud, como la mortalidad, son una característica fundamental de nuestra región, lo que nos obliga a buscar activamente a los vulnerables, identificar las barreras que dificultan su acceso a la salud y tomar medidas para superarlas”, agregó.
A este panorama se suma el envejecimiento poblacional, un fenómeno que está cambiando las dinámicas de los sistemas de salud. “En 2015, solo el 8% de la población tenía más de 60 años. Para 2030, uno de cada seis habitantes de la región tendrá más de esa edad”, explicó Barbosa, enfatizando la necesidad de adaptar los servicios sanitarios para atender a una población cada vez más envejecida. En este sentido, insistió en que no se trata solo de prolongar la vida, sino de garantizar que esos años adicionales sean vividos con calidad y en condiciones de equidad.
Impacto de la pandemia y estrategias para la recuperación
La pandemia de COVID-19 dejó una profunda huella en los sistemas de salud de América Latina y el Caribe, exacerbando las inequidades preexistentes y afectando de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables. “La pandemia, aunque desafiante, nos dejó lecciones importantes. Actualmente, estamos trabajando con los países de la región para fortalecer la capacidad de preparación y respuesta ante futuros brotes y pandemias”, indicó el director de la OPS.
Entre las estrategias implementadas para fortalecer la respuesta ante emergencias sanitarias, Barbosa destacó la colaboración con los países para acceder a recursos del Fondo para Pandemias y el impulso a la producción regional de vacunas. “Nuestro enfoque está en aplicar las lecciones aprendidas y garantizar un acceso más equitativo a los insumos y tecnologías que son esenciales para salvar vidas en futuras pandemias”, explicó.
Uno de los avances más significativos tras la pandemia ha sido el incremento en las tasas de vacunación. “Las Américas se han destacado por haber logrado los avances más significativos en cobertura vacunal en 2023 y 2024 en comparación con otras regiones, según datos de la OMS y UNICEF”, sostuvo Barbosa. Sin embargo, advirtió que aún persisten desigualdades importantes, ya que las cifras nacionales en algunos países ocultan brechas significativas a nivel local, donde los grupos más vulnerables continúan con acceso limitado a vacunas.
Mortalidad materna: una crisis que requiere acción inmediata
Un tema crítico señalado por Barbosa es el alarmante aumento de la mortalidad materna durante la pandemia. “Durante la pandemia, la mortalidad materna creció casi un 100%. Este aumento refleja no solo el acceso limitado a servicios de salud, sino también la calidad de la atención. Afortunadamente, algunos países ya han logrado regresar a los niveles prepandemia, pero no podemos conformarnos con esto”, expresó.
Para abordar esta crisis, la OPS ha lanzado la iniciativa Cero Muertes Maternas, con el propósito de reducir significativamente estas cifras a través de la mejora en la calidad de la atención prenatal y el acceso a servicios obstétricos oportunos y seguros.
Determinantes sociales y políticas públicas en salud
El director de la OPS también destacó la influencia de los determinantes sociales, económicos y comerciales en la salud de la población. Factores como la obesidad, la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a entornos saludables afectan de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables. “Los grupos más vulnerables son los más afectados por factores como la obesidad, la falta de acceso a alimentos saludables y la inseguridad en sus comunidades”, afirmó Barbosa.
En este sentido, enfatizó la necesidad de adoptar políticas públicas que no solo promuevan hábitos saludables, sino que también trabajen en conjunto con sectores clave como educación, desarrollo social y seguridad. “El sector salud debe liderar, pero con el apoyo de sectores como educación, seguridad y desarrollo social”, añadió.
Innovación y acceso equitativo a los servicios de salud
A pesar de los desafíos que enfrenta la región, Barbosa destacó la importancia de incorporar nuevas estrategias y tecnologías para mejorar el acceso a la atención médica. “Es crucial replantear cómo organizamos los programas de salud pública. En la atención primaria deben estar más integrados y debemos localizar y alcanzar a las personas más vulnerables para reducir la carga de enfermedades” como tuberculosis, malaria y VIH.
Entre las iniciativas impulsadas por la OPS, resaltó la transformación digital de los sistemas de salud, la introducción de pruebas de VPH y la PrEP (profilaxis preexposición) para la prevención del cáncer cervicouterino y el VIH. “Si promovemos la utilización rápida de nuevas pruebas moleculares para identificar lesiones por VPH que las propias mujeres pueden tomar, podemos reducir significativamente las muertes por cáncer cervicouterino que aún es responsable por más de 40.000 defunciones al año, particularmente en aquellas mujeres con más dificultades de acceso a los servicios de salud”, explicó.
Para concluir, Barbosa hizo un llamado a la comunidad médica, académica y a los tomadores de decisiones a asumir un papel más activo en la transformación de los sistemas de salud. “Es fundamental que los profesionales de salud, estudiantes y todos aquellos involucrados en los sistemas de salud, reflexionen sobre cómo cambiar los enfoques tradicionales y busquen soluciones innovadoras para llegar a los más vulnerables. La pregunta central debe ser: ¿Cómo puedo utilizar los datos disponibles para identificar a quienes se han quedado rezagados y qué nuevas estrategias debo implementar para alcanzarlos?”, planteó.
Asimismo, instó a desafiar las predicciones pesimistas sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en salud. “Algunos predicen que no alcanzaremos muchas de estas metas, pero como profesionales de la salud, debemos demostrar que estas predicciones se pueden desafiar. Aunque no logremos todo, debemos acercarnos lo máximo posible. A través de nuevas estrategias y tecnologías, podemos avanzar hacia un futuro más equitativo para todos”.
Finalmente, reiteró que la salud no solo es un derecho fundamental, sino un pilar clave para el desarrollo económico y social de América Latina y el Caribe. “La salud tiene el poder de contribuir a romper este ciclo. Al identificar y remover las vulnerabilidades, podemos avanzar hacia un futuro más equitativo y saludable en América Latina y el Caribe”, concluyó Barbosa.