La 76ª Asamblea Mundial de la Salud, celebrada del 22 al 31 de mayo, reunió a representantes de los 194 Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para debatir y tomar decisiones sobre cuestiones de salud mundial. La Asamblea de este año se centró en varios temas clave, como la cobertura sanitaria universal (CSU), los servicios de atención de urgencia, las enfermedades no transmisibles (ENT) y la salud de los refugiados y los migrantes.
Cobertura sanitaria universal (CSU)
Uno de los temas principales de la 76ª Asamblea Mundial de la Salud fue la importancia de la cobertura sanitaria universal (CSU). Por cobertura sanitaria universal se entiende garantizar que todas las personas y comunidades tengan acceso a servicios sanitarios de calidad sin sufrir dificultades económicas. Según la OMS, alrededor de 800 millones de personas en todo el mundo gastan al menos el 10% de su presupuesto familiar en atención sanitaria, y 100 millones de personas se ven abocadas cada año a la pobreza extrema debido a los costes directos de la atención sanitaria.
Estas cifras ponen de manifiesto la urgente necesidad de que los países inviertan en la cobertura sanitaria universal y garanticen que todo el mundo tenga acceso a servicios sanitarios de calidad, independientemente de su capacidad de pago.
Durante la asamblea, los Estados miembros debatieron la importancia de la atención primaria como medio para lograr la CSU. La atención primaria es una forma rentable y eficaz de prestar servicios sanitarios esenciales a las comunidades, y puede ayudar a prevenir y tratar enfermedades transmisibles y no transmisibles. “Alrededor del 90% de las intervenciones en materia de CSU pueden realizarse utilizando un enfoque de atención primaria de salud; desde la promoción de la salud hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos, estas intervenciones podrían salvar 60 millones de vidas para 2030.”
Los Estados miembros también han debatido la necesidad de mecanismos de financiación sostenibles para la CSU, incluidos modelos de financiación innovadores como el seguro social de enfermedad y el seguro de enfermedad basado en la comunidad.
Servicios de atención de urgencia
Otra cuestión fundamental debatida en la asamblea es la necesidad de reforzar los servicios de atención de urgencia en todo el mundo. La pandemia COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de contar con planes sólidos de atención de emergencia para responder a todos los peligros, incluidas las pandemias, las catástrofes naturales y los conflictos. La asamblea ha pedido esfuerzos adicionales y oportunos para reforzar la planificación y la prestación de servicios quirúrgicos, de cuidados intensivos y de urgencias de calidad.
Según la OMS, 5,8 millones de personas mueren cada año como consecuencia de traumatismos, y la mayoría de estas muertes se producen en países de ingresos bajos y medios. Reforzando los servicios de atención de urgencias, los países pueden salvar vidas y prevenir discapacidades y consecuencias sanitarias a largo plazo. Algunas de las cifras que generan preocupación son:
- Solo el 56% de la población mundial tiene acceso a servicios de salud esenciales.
- El 90% de los países de bajos ingresos informan que tienen una escasez de trabajadores de la salud.
- El 30% de los medicamentos en los países de bajos y medianos ingresos son falsificados o de calidad inferior.
La atención médica en cirugía, cuidados intensivos y de emergencia es un proceso que abarca desde la comunidad hasta los centros de salud, clínicas de atención primaria y hospitales, y que la planificación y ejecución integradas de estos servicios pueden mejorar su eficiencia y eficacia, lo que permite economías de alcance y escala en todos los programas específicos de enfermedades y poblaciones.
La OMS ha desarrollado el Registro Clínico de Emergencias y Cuidados Traumatológicos, una plataforma web que recopila y analiza datos de casos de visitas de emergencia. Esta herramienta es gratuita y proporciona informes automatizados para facilitar la mejora de la calidad, la planificación del sistema y la publicación académica. Los filtros de auditoría estandarizados permiten la identificación rápida de casos en los que cambios simples en los procesos pueden salvar vidas. El registro está disponible actualmente para uso en lesiones agudas (módulo de cuidados traumatológicos) y condiciones de emergencia generales (módulo de atención de emergencia).
Además, la OMS también ha desarrollado formularios clínicos estandarizados para visitas de atención de emergencia, lo que mejora la atención clínica al garantizar un enfoque sistemático para cada persona enferma o lesionada.
Enfermedades no transmisibles (ENT)
La Asamblea ha reconocido la necesidad de invertir más en intervenciones rentables para prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles (ENT). Las ENT, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, son responsables del 71% de todas las muertes en el mundo, y afectan de manera desproporcionada a los países de ingresos bajos y medios. Mediante la adopción de intervenciones rentables, los países pueden acelerar el progreso hacia la consecución de la meta 3.4 de los ODS, que pretende reducir las muertes prematuras por ENT en un tercio para 2030.
Los Estados miembros también han debatido la importancia de abordar los factores de riesgo, entre estas medidas, cabe destacar intervenciones en la esfera de la prevención, como el apoyo para ayudar a las personas a que dejen de fumar, la promoción y el apoyo a la lactancia materna y las políticas para proteger a los niños de la comercialización de alimentos nocivos.
El plan de aceleración se está llevando a cabo en veintiocho países, quienes estarán monitoreando y reportando los avances en su implementación a la Asamblea. La experiencia obtenida por estos países será utilizada como referencia para desarrollar políticas y medidas en otros Estados Miembro.
Salud de refugiados y migrantes
La asamblea ha reconocido los retos sanitarios a los que se enfrentan los refugiados y migrantes y la necesidad de que tengan acceso a los servicios sanitarios durante su viaje y en el país de acogida sin sufrir penurias económicas. Es un impulso global en pro de la cobertura sanitaria universal para 2030 llamado “Plan de Acción Mundial de la OMS sobre la promoción de la salud de refugiados y migrantes”, algunas de las medidas que se deben implementar son:
- reorientar los sistemas de salud para que incorporen servicios, programas y políticas de salud integrados e inclusivos para refugiados y migrantes, con arreglo a los principios de la cobertura sanitaria universal.
- supervisar los resultados de las políticas, planes e intervenciones en materia de salud para refugiados y migrantes a fin de actualizar y rediseñar esas actuaciones en los países.
- aumentar la capacidad de los sistemas de salud a fin de dar respuesta a las necesidades específicas de salud de refugiados y migrantes y proporcionar unos servicios de salud respetuosos con las necesidades culturales, religiosas y lingüísticas de las personas.
- incorporar la salud de refugiados y migrantes a las iniciativas que se adopten a escala mundial, regional y nacional, así como a las alianzas y los foros sobre la salud.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, en la actualidad hay 26 millones de refugiados en todo el mundo, y otros 41 millones de personas son desplazados internos debido a conflictos o persecuciones. Estas poblaciones se enfrentan a retos sanitarios únicos debido a su desplazamiento, como un mayor riesgo de enfermedades transmisibles, problemas de salud mental y un acceso limitado a los servicios sanitarios. La Asamblea ha pedido que se redoblen los esfuerzos para garantizar que los refugiados y los migrantes tengan acceso a servicios sanitarios de calidad, entre otras cosas mediante el desarrollo de políticas y sistemas sanitarios nacionales que tengan en cuenta sus necesidades.
Medicina tradicional
La asamblea ha prorrogado hasta 2025 la estrategia de la OMS sobre medicina tradicional, reconociendo la importancia de la medicina tradicional en muchas culturas y la necesidad de evaluar los enfoques de la medicina tradicional basados en la evidencia. La asamblea ha hecho un llamamiento a los estados miembros para que refuercen su capacidad de regular y supervisar las prácticas de medicina tradicional y para que integren la medicina tradicional en los sistemas nacionales de salud cuando proceda.
“La Asamblea pidió al Director General que elaborara una nueva estrategia mundial para 2025-2034 y la presentara a la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud, en 2025, para su examen”
La política estratégica y el apoyo técnico de la OMS permiten a los países aprovechar el potencial de la medicina tradicional y complementaria para mejorar la salud y el bienestar de las personas.
Desde 2014, la OMS ha estado trabajando en la creación de una base de conocimientos para la gestión activa de la medicina tradicional y complementaria, y en la integración, regulación y supervisión adecuadas de una medicina tradicional y complementaria basada en la evidencia, segura y de calidad en los sistemas y servicios nacionales de salud.
La contribución de este tipo de medicina a la atención primaria de salud, la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible está ganando cada vez más reconocimiento político. Cada vez más Estados Miembros están solicitando apoyo técnico a la Secretaría para integrar la medicina tradicional y complementaria en los sistemas y servicios de salud, y para desarrollar un mecanismo de intercambio de información y datos de investigación que ayude a los países a generar políticas y planes estratégicos basados en pruebas.
La expansión del panorama mundial de la medicina tradicional también ha demostrado su efecto en determinantes más amplios de la salud, como la interculturalidad, la naturaleza e incluso el comercio. Por lo tanto, hay una creciente necesidad de contar con un apoyo normativo y técnico integral de la Secretaría para establecer las plataformas pertinentes y mejorar la coordinación y la colaboración intersectoriales en pro de un desarrollo sostenible.
Resolución sobre el aumento del acceso al oxígeno medicinal
Se reconoce que el oxígeno medicinal es un medicamento esencial que salva vidas y no tiene sustituto, por lo que se ha incluido en la 22ª Lista Modelo de Medicamentos Esenciales y en la 8ª Lista Modelo de Medicamentos Pediátricos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Está indicado para tratar la hipoxemia, incluso para los grupos vulnerables, y durante la anestesia, siendo esencial para las intervenciones quirúrgicas y los traumatismos. El oxígeno medicinal desempeña un papel fundamental en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud, incluyendo:
- la reducción de la mortalidad materna
- la mortalidad de los recién nacidos y los niños
- la mortalidad prematura por enfermedades crónicas
- el tratamiento de afecciones relacionadas con el VIH/SIDA
- la tuberculosis y el paludismo
- las lesiones causadas por el tránsito y la cobertura sanitaria universal.
Se está observando una preocupación por la falta de acceso ininterrumpido al oxígeno medicinal en los centros de salud de países en desarrollo, lo que ha llevado a muertes evitables, especialmente durante la pandemia de COVID-19.
La OMS ha publicado directrices para el tratamiento con oxígeno medicinal, las prácticas correctas, las características técnicas, las herramientas de previsión, los vídeos didácticos, las consultas y las directrices sobre seguridad. Además, se ha realizado una revisión de la monografía sobre el oxígeno medicinal que se adoptó en la 56.ª reunión del Comité de Expertos de la OMS en Especificaciones para las Preparaciones Farmacéuticas. También se ha reconocido la importancia de los oxímetros de pulsos y otros dispositivos médicos relacionados con el oxígeno, que se incluyen como dispositivos médicos prioritarios en el equipo médico básico.
Se hace hincapié en la importancia de integrar el oxígeno medicinal en las actividades de preparación y respuesta frente a las pandemias, y se ha reconocido la resolución de la OMS sobre la mejora de la transparencia de los mercados de medicamentos, vacunas y otros productos sanitarios para aumentar la disponibilidad y asequibilidad del oxígeno medicinal, especialmente en los países en desarrollo.
Los delegados destacan las medidas prioritarias para ponerse al día en cuanto a los servicios de inmunización, restaurarlos y fortalecerlos
La inmunización es un programa prioritario para la OMS, especialmente después de los importantes retrocesos causados por la pandemia de COVID-19, y es urgente llegar a los 67 millones de niños que no han recibido al menos una vacuna esencial en los últimos tres años. Para localizar a esta población infantil, se necesitarán iniciativas que involucren a organizaciones e individuos a nivel mundial, nacional y local para ponerse al día con la cobertura de inmunización y fortalecer sus programas de vacunación.
El Dr. George Mwinnyaa, un agente de salud comunitario, destacó que los agentes de salud comunitarios conocen la ubicación de los niños que no han recibido ninguna dosis, por lo que no necesitan mapas cuando se trata de sus propias comunidades. En la mesa redonda, se discutió la función de los agentes de salud comunitarios y los trabajadores de salud de primera línea en los esfuerzos para ponerse al día, así como la financiación y las alianzas necesarias para recuperarse de las interrupciones sufridas por los programas y fortalecer los sistemas para garantizar el acceso en igualdad de condiciones a los servicios de inmunización.
«Nos enfrentamos a una emergencia», declaró el Dr. Bruce Aylward, Subdirector General de la OMS para Cobertura Universal de Salud/Curso de la Vida, en la clausura de la sesión. «El tiempo corre. Actuaremos ahora y actuaremos juntos».
Erradicación de la poliomielitis y planificación de la transición relativa a esta enfermedad
Se evaluó la oportunidad única que se presenta en los próximos seis meses para erradicar las cadenas restantes de transmisión de poliovirus salvaje endémico. Para lograr esto, es necesario adaptar las operaciones para llegar a los niños no vacunados o insuficientemente vacunados en las zonas subnacionales ya identificadas. La Asamblea reconoció que los esfuerzos para erradicar la poliomielitis siguen siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional y exhortó a los países a minimizar el riesgo y las consecuencias de la propagación de la enfermedad en las zonas sin poliomielitis.
Los delegados también pidieron que se mantenga el apoyo mundial a esta iniciativa para garantizar la movilización de los compromisos financieros y políticos necesarios para lograr el éxito. Además, se instó a transferir la infraestructura contra la poliomielitis a los planes nacionales de salud, teniendo en cuenta el contexto específico y su papel en los esfuerzos más amplios de salud pública.
En conclusión, la 76ª Asamblea Mundial de la Salud ha destacado la necesidad de compromiso político, financiación sostenible, gobernanza eficaz y acceso universal a servicios sanitarios de calidad para lograr la salud para todos. La Asamblea ha reconocido que la consecución de estos objetivos requerirá un esfuerzo de colaboración de todas las partes interesadas, incluidos los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado. Trabajando juntos, podemos garantizar que todo el mundo tenga acceso a los servicios sanitarios que necesita para llevar una vida sana y productiva.
