El Hospital Pablo Tobón Uribe sobresale a nivel internacional, gracias a la implementación de un nuevo modelo de farmacia clínica que ha sido reconocido por la Federación Internacional de Farmacéuticos por sus excelentes resultados. La herramienta desarrollada por el investigador Johan Granados Vega ha sido pensada desde 2016, un año antes de que la OMS creara la iniciativa “Reto Mundial por la Seguridad del Paciente”, con la que buscan reducir los daños y complicaciones asociados con medicamentos durante los 5 años siguientes.
En el modelo propuesto por Granados, se realiza seguimiento al medicamento en todas las fases: selección y adquisición desde la farmacia hospitalaria, orden emitida a la farmacia para que lo verifique y dispense, la recepción desde enfermería, la aplicación al paciente, la explicación al usuario sobre el mismo y finalmente, el descarte. “En todo el proceso analizamos los errores y las maneras en que se podía intervenir para evitar que el paciente corriera riesgos en su salud relacionados con la medicación”, dijo el investigador a medios de comunicación.
Para que la labor se realice, se necesitan dos partes: la primera educa a las personas que usan el modelo y los invita a mantener una comunicación fluida en todo el proceso. La segunda consiste en la implementación de una herramienta digital que alerta al químico farmacéutico. Este trabajo permite una reducción del 48% en los errores asociados con la medicación, de acuerdo con la meta propuesta por la OMS en 2017.
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Un modelo nacional de exportación
La efectividad de este sistema fue reconocida durante la Semana Mundial de la Farmacia, por la Federación Internacional de Farmacéuticos. Sin embargo, en principio solamente se conocía como la tesis doctoral de Granados. Inicialmente, el objetivo del investigador era “evaluar la eficacia de este modelo que se creó, y determinar si disminuía la presencia de errores de medicación durante la hospitalización de los pacientes”, destacó Granados a medios.
El trabajo estuvo dirigido por Pedro Amariles Muñoz, coordinador del Grupo de Investigación Promoción y Prevención Farmacéutica –PyP Farmacéutica y la docente Andrea Salazar de la Universidad de Antioquia. “Los errores de medicación en el proceso de atención en salud son un problema de salud pública y se les considera como la tercera o cuarta causa de muerte en el mundo”, recordó Amariles.
Aunque por ahora solo está disponible en el HPTU, ya se adelantan estudios de costo/eficacia. Para el equipo de expertos, este reconocimiento y el uso del modelo de farmacia clínica demuestra que los programas estructurados, en el que se vinculen activamente los actores de la salud, contribuye a reducir las posibilidades de error que ocurren en cualquier punto de la cadena terapéutica.
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