La miocardiopatía hipertrófica (MCH) es la principal causa de muerte súbita en jóvenes y deportistas. Esta condición, que afecta a 1 de cada 500 personas en la población general, se debe a una mutación genética que provoca el engrosamiento y endurecimiento de las paredes del miocardio, especialmente en el tabique que separa los ventrículos derecho e izquierdo del corazón.
Según la Dra. Erika Martínez, cardióloga y presidenta del capítulo de falla cardiaca de la Sociedad Colombiana de Cardiología, explicó que “a veces a la miocardiopatía hipertrófica se le describe como ‘oculta’ porque, quienes la tienen, pueden permanecer asintomáticos la mayor parte de su vida o presentar dolor en el pecho, desmayos, palpitaciones y falta de aire, sobre todo después del ejercio2, síntomas que pueden confundirse con otras enfermedades”.
Asimismo, explicó que hay dos tipos de MCH: la no obstructiva y la obstructiva (MCHo). Esta última es la más común y “se caracteriza por un bloqueo en el flujo sanguíneo, lo que altera el mecanismo del músculo cardiaco que hace que éste se contraiga y relaje”. Esto genera alteraciones en el sistema eléctrico del corazón, provocando latidos irregulares que ponen en peligro la vida del paciente.
¿Se puede prevenir la miocardiopatía hipertrófica?
El Dr. Shander Tovar Roca, director médico de Bristol Myers Squibb (BMS) Colombia, indicó que, “al ser la miocardiopatía hipertrófica una enfermedad en la mayoría de los casos hereditaria, no se puede prevenir”. Sin embargo, señaló que ante la presencia de antecedentes familiares de muerte súbita o insuficiencia cardiaca, es fundamental acudir al cardiólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento oportunos.
Un ecocardiograma, acompañado de la maniobra de Valsalva, es una de las pruebas diagnósticas clave para detectar complicaciones, como la obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo, por donde el corazón expulsa la sangre hacia la arteria aorta.
Por otra parte precisó que la miocardiopatía hipertrófica no tiene cura; sin embargo, la mayoría de los síntomas se pueden controlar a través de tratamientos como desfibriladores, cirugía, medicamentos, o incluso la destrucción de las áreas engrosadas del corazón con alcohol. También indicó que dentro del grupo de medicamentos, existe un inhibidor de la miosina cardíaca diseñado específicamente para la forma obstructiva de la enfermedad, que mejora la capacidad funcional del paciente. Aunque aún no está disponible en Colombia, este medicamento aumentará las opciones terapéuticas.
El Dr. Tovar también destacó la importancia de monitorear a los familiares de primer grado, ya que “los genes alterados se trasmiten de generación en generación. Además, cada hijo o hija de una persona afectada tiene 50% de posibilidades de tenerla y pasarla a su descendencia”. Además, advirtió que factores como el aumento de peso, fumar, una dieta poco saludable o esfuerzos físicos intensos sin supervisión médica podrían empeorar la condición.