En el día mundial de la trombosis, es importante comprender esta condición médica que afecta a muchas personas en todo el mundo. La trombosis venosa profunda (DVT, por sus siglas en inglés) ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una o más venas profundas del cuerpo, generalmente en las piernas. Esta condición puede ser grave y potencialmente mortal si no se trata adecuadamente. En consultorsalud hacemos un acercamiento a los síntomas, factores de riesgo, complicaciones, prevención, diagnóstico y tratamiento de la trombosis venosa profunda.
Síntomas de la trombosis venosa profunda
La trombosis venosa profunda puede presentarse con síntomas como inflamación y dolor en las piernas, calambres, cambios en el color de la piel de la pierna afectada y sensación de calor en esta. Sin embargo, en algunos casos, puede no haber síntomas notorios.
Puede desarrollarse debido a ciertas enfermedades que afectan la coagulación sanguínea. Además, la falta de movimiento prolongado, como cuando se viaja largas distancias o se permanece en reposo en cama después de una cirugía, enfermedad o accidente, también puede desencadenar la formación de coágulos sanguíneos en las piernas.
Esta condición puede ser peligrosa, ya que los coágulos sanguíneos pueden desprenderse y viajar a través del torrente sanguíneo, alojándose en los pulmones y bloqueando el flujo sanguíneo. Esto se conoce como embolia pulmonar. Cuando la DVT y la embolia pulmonar ocurren simultáneamente, se denomina tromboembolismo venoso (VTE, por sus siglas en inglés).
Factores de riesgo
Existen varios factores de riesgo asociados con la trombosis venosa profunda. Algunos de ellos incluyen la edad (tener más de 60 años aumenta el riesgo) sin embargo, puede presentarse a cualquier edad; la falta de movimiento prolongado; lesiones en las venas o la cirugía puede desarrollar coágulos sanguíneos; embarazo, ya que aumenta la presión en las venas de la pelvis y las piernas, este riesgo puede estar presente hasta seis semanas luego del parto.
El uso de anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal, estos métodos pueden aumentar la coagulación de la sangre; sobrepeso u obesidad, por el aumento de presión en el tren inferior del cuerpo; tabaquismo, cáncer, insuficiencia cardíaca, enfermedad intestinal inflamatoria y antecedentes personales o familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. También puede haber un componente genético en algunos casos.
En casos aislados pueden formarse coágulos en la sangre sin ningún factor de riesgo identificable, esta condición se conoce como tromboembolismo venoso no provocado.
Complicaciones de la trombosis
Las complicaciones de la trombosis venosa profunda incluyen la embolia pulmonar, que es una complicación potencialmente mortal. Ocurre cuando un trombo se desprende y bloquea el flujo de sangre hacia los pulmones, los síntomas de pueden incluir falta de aire repentina, dolor en el pecho al tomar aire o toser, respiración y pulso rápido, desmayo y tos con sangre.
Otro posible efecto secundario es el síndrome posflebítico, que causa daño a las venas y reduce el flujo sanguíneo en las áreas afectadas. Además, el tratamiento de la trombosis venosa profunda puede presentar complicaciones, como el sangrado debido al uso de anticoagulantes.
¿Cómo se puede prevenir?
La prevención de la trombosis venosa profunda es fundamental. Se recomienda mantener un estilo de vida activo y evitar estar inmóvil durante largos períodos. Si se viaja en avión o en automóvil, es importante hacer pausas frecuentes para estirar las piernas. Dejar de fumar, controlar el peso y usar medias de compresión también pueden ayudar a reducir el riesgo.
Diagnóstico y tratamiento
De acuerdo con la clínica mayo, el diagnóstico de la trombosis venosa profunda se realiza a través de pruebas como la de dímero D en sangre, ecografía dúplex, venografía e imágenes por resonancia magnética. Estas pruebas permiten al médico detectar la presencia de coágulos sanguíneos y determinar el mejor curso de tratamiento.
El tratamiento de la trombosis venosa profunda tiene como objetivos principales evitar que el coágulo crezca, prevenir que se desprenda y se traslade a los pulmones y reducir las posibilidades de sufrir otra. Los anticoagulantes son el tratamiento comúnmente recetado para esta condición, y existen diferentes opciones disponibles. En casos más graves, los trombolíticos pueden utilizarse para disolver los coágulos. En situaciones especiales, se puede poner un filtro en una vena para evitar que los coágulos lleguen a los pulmones.