Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Gotemburgo ha revelado que los pacientes que se han sometido a radioterapia pélvica pueden experimentar inflamación intestinal crónica de bajo grado incluso 20 años después del tratamiento. Publicado en la revista eBioMedicine, este estudio destaca un efecto secundario previamente desconocido de la radioterapia en la parte inferior del abdomen.
Aunque las radioterapias modernas son altamente precisas, aún afectan el tejido sano dentro y alrededor del área de radiación. En este estudio, los investigadores han demostrado que la radioterapia en el área pélvica afecta la fina capa de moco que protege la membrana mucosa del intestino grueso, permitiendo que las bacterias entren en contacto con las células de la superficie del intestino. Esto puede ser una posible razón para la inflamación leve que se encontró en los intestinos expuestos a la radioterapia varios años antes.
Según Sravani Devarakonda, investigadora de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo y autora principal de la investigación, “puede resultar difícil detectar una inflamación leve. Esta es la primera vez que los investigadores han podido demostrar con certeza que esto sucede en los sobrevivientes de cáncer mucho tiempo después de que la radioterapia pélvica haya terminado. Vimos signos de inflamación de bajo grado incluso veinte años después de la radioterapia”.
Es común que los pacientes que han recibido radioterapia para tratar el cáncer de cuello uterino, próstata o recto experimenten síntomas intestinales muchos años después del tratamiento. Estos síntomas pueden variar desde una sensación de no haber vaciado correctamente los intestinos hasta diarrea muy frecuente.
Características del estudio de la inflamación intestinal
El estudio se basó en muestras de 28 personas, incluidos 24 sobrevivientes de cáncer. Cuatro de los participantes no habían recibido radioterapia y se utilizaron como grupo de control. El tiempo transcurrido desde la radioterapia varió desde dos años hasta veinte años, con una mediana de cinco años entre el final del tratamiento y la biopsia intestinal.
El estudio fue realizado en colaboración entre investigadores clínicos y de ciencias básicas de la Universidad de Gotemburgo, el Hospital Universitario Sahlgrenska y el Instituto Karolinska. Cecilia Bull, profesora asociada de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, destacó que “vimos inflamación de bajo grado en ambos grupos de pacientes, tanto en aquellos que recibieron radioterapia tradicional como en aquellos que recibieron radioterapia más específica, IMRT. Aunque la IMRT puede limitar el daño al tejido circundante, aún persisten cambios inflamatorios a largo plazo”.
El siguiente paso para los investigadores será determinar si esta inflamación de bajo grado después de la radioterapia es la causa de algunos de los síntomas intestinales observados en los sobrevivientes de cáncer y, de ser así, identificar qué síntomas se deben a la inflamación. Actualmente, se están llevando a cabo investigaciones para encontrar formas de fortalecer la resistencia del intestino a la radioterapia, lo que podría aliviar o incluso prevenir por completo los síntomas a largo plazo que afectan la calidad de vida de los pacientes. Un estudio en curso está explorando la adición de fibra dietética adicional a la dieta antes de comenzar la radioterapia como una posible manera de fortalecer la barrera mucosa protectora del intestino.
