Una infección urinaria se puede producir en cualquier parte del aparato urinario: los riñones, los uréteres, la vejiga, la uretra o las vías urinarias inferiores, estas suelen ser más frecuentes en mujeres y rara vez se presentan en hombres. Esto se debe a que las mujeres son más propensas a contraer este tipo de infecciones ya que el aparato urinario en las mujeres es más corto y están más expuestas a condiciones ambientales que facilitan la infección.
“Los agentes causales de la infección son bacterias intestinales que ascienden a través de la uretra. La menor longitud de la uretra femenina y las propiedades antibacterianas del fluido prostático en el varón determinan la diferenciación de la infección urinaria según el sexo”, explica Manuel Sánchez Chapado, jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario Principie de Asturias (Madrid).
Cabe mencionar, que las infecciones urinarias suelen afectar la vejiga y causar molestia y dolor, pero puede tener consecuencias más graves si se extiende a los riñones en el caso de las mujeres, sin embargo las infecciones urinarias en los hombres suelen estar relacionadas con la manipulación de la vía urinaria y con ciertas anomalías estructurales como la obstrucción de las vías urinarias. Las infecciones urinarias en los varones suelen complicarse más que en el caso de las mujeres.
Las infecciones urinarias que más se presentan en los hombres son debido a: las litiasis (cólico nefrítico y fiebre) y la patología tumoral prostática (hiperplasia benigna y carcinoma).
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Síntomas de infección urinaria
Los síntomas de infección urinaria suelen ser similares en hombres y mujeres, entre estos se encuentran: alta frecuencia miccional, escozor, dolor al orinar o dificultad para hacerlo, sangre en la orina y sensación de micción incompleta. Adicional a esto cuando la infección está afectando la próstata, los riñones o las vías seminales puede presentarse fiebre alta.
Cabe mencionar, que el diagnóstico de infección urinaria se da cuando se confirma la presencia de los síntomas descritos, para llegar a este se analizan muestras de orina donde se determina cuál es el patógeno culpable de la infección y cual es el antibiótico adecuado para tratarlo dependiendo de los resultados. No obstante, “para el diagnóstico de las posibles alteraciones anatómicas/funcionales en el aparato urinario, también se usan los ultrasonidos (ecografía) y estudios radiológicos” añade Sánchez Chapado.
Finalmente, para tratar una infección urinaria se recurre a un tratamiento del agente causal y de las alteraciones estructurales asociadas en el caso de los hombres, en esta situación se cuida el compromiso de afectación del patógeno en la próstata, el epidídimo y el riñón. Pero vale aclara que el tratamiento indicado en cada caso es específico según el agente que se encuentre en los análisis.