La Guía de Práctica Clínica (GPC) del Instituto Nacional de Cancerología, publicada en julio de 2025, unifica criterios diagnósticos y terapéuticos para el cáncer diferenciado de tiroides (CDT), con el objetivo de homogeneizar la atención, mejorar la supervivencia y cerrar brechas de equidad en todo el país.
Carga de la enfermedad y brechas en el diagnóstico
El CDT, que abarca carcinoma papilar y folicular, ha experimentado un aumento de casos en Colombia debido al mayor uso de estudios por imágenes. GLOBOCAN 2020 reportó 4.885 diagnósticos nuevos y 517 fallecimientos (tasa ajustada de incidencia 9,9 por 100.000 hab.; mortalidad 1,2 por 100.000) . A pesar de la alta tasa de supervivencia, persisten obstáculos: zonas rurales carecen de ecógrafos de alta resolución y los especialistas se concentran en ciudades principales, lo que retrasa la detección temprana y el seguimiento adecuado.
Metodología GRADE y construcción de consenso
La GPC se elaboró con revisiones sistemáticas en OVID Medline, Embase, LILACS y Cochrane hasta marzo de 2023, formulando preguntas clínicas PICO y aplicando GRADEpro‑GDT para calificar la evidencia . El comité incluyó cirujanos de cabeza y cuello, endocrinólogos, médicos nucleares, patólogos y metodólogos; además, se incorporó la voz de pacientes mediante grupos nominales. La evaluación externa con AGREE II validó la calidad metodológica, asegurando recomendaciones claras y adaptadas al contexto colombiano.
Estrategias diagnósticas y estadificación de riesgo
La guía propone vigilancia activa ecografías semestrales y medición de tiroglobulina sérica en microcarcinomas (≤ 1 cm) sin características ultrasonográficas de mal pronóstico, siempre que el paciente otorgue consentimiento informado y exista capacidad de seguimiento clínico . Para lesiones mayores o con sospecha de invasión extratiroidea, recomienda tomografía o resonancia con contraste, junto con laringoscopia indirecta previa a la cirugía para evaluar función de cuerdas vocales . Este enfoque mejora la precisión de la estadificación TNM y guía la selección terapéutica.
Indicador | Métrica / Valor | Interpretación clínica |
---|---|---|
Distribución histológica y demográfica | Edad media: 52 años; 92 % mujeres; 95 % carcinoma papilar; 3 % folicular; 2 % Hürthle | Predominio en mujeres de mediana edad; carcinoma papilar es el subtipo dominante. |
Precisión de ecografía cervical | Sensibilidad: 82 % (IC 95 % 74–88 %); Especificidad: 84 % (IC 95 % 74–91 %); AUC: 0,90 | Alta fiabilidad para detectar metástasis laterales y guiar biopsias. |
Precisión de TC para ganglios laterales | Sensibilidad: 72 % (IC 95 % 59–82 %); Especificidad: 90 % (IC 95 % 83–95 %); AUC: 0,89 | Especificidad elevada ayuda a confirmar invasión nodal cuando la ecografía es limitada. |
Metástasis a distancia | Pulmonares: 50 %; Óseas: 25,9 %; Mixtas: 18,5 %; Otros: 5,4 %. Supervivencia 10 años: 92 % vs. 19 %; Recurrencia: 7 % | Predominio pulmonar y la captación de yodo como factor pronóstico de supervivencia. |
Éxito de ablación con yodo radiactivo | Dosis ≤ 3 GBq: 40,6 %; Dosis > 3 GBq: 59,5 %; RR 0,91 (IC 95 % 0,82–1,00) | Dosis bajas logran eficacia comparable con menos efectos adversos. |
Objetivos de supresión de TSH | Bajo riesgo: 0,5–2,0 mU/L; Riesgo intermedio: 0,1–0,5 mU/L; Alto riesgo: < 0,1 mU/L | Ajuste de levotiroxina minimiza recurrencia sin exceso de supresión. |
Fuente de la tabla: Guía de Práctica Clínica para la estadificación y tratamiento del cáncer diferenciado de tiroides, Instituto Nacional de Cancerología (versión completa, julio 2025).
Equilibrio terapéutico: de la ablación al tratamiento sistémico
En tumores de bajo riesgo (pT1–pT2, márgenes negativos, N0 o N1a limitado), la GPC desaconseja la ablación rutinaria con yodo radiactivo tras tiroidectomía total, fundamentándose en ensayos que muestran igual eficacia entre dosis bajas (≤ 3 GBq) y altas, pero con menos complicaciones en el primer grupo . Para alto riesgo, respalda la adyuvancia con 3,7 GBq en junta multidisciplinaria. La supresión de TSH con levotiroxina se ajusta a metas por estrato de riesgo para equilibrar control tumoral y minimizar efectos adversos.
Implementación, equidad y prioridades de investigación
La GPC señala demoras en autorizaciones de yodo radiactivo, concentración de especialistas en capitales y falta de equipos avanzados en zonas periféricas . Propone rutas de atención centralizadas, telemedicina en áreas rurales y formación continua para profesionales de EAPB e IPS. Prioriza estudios de marcadores moleculares (BRAF, TERT), análisis costo‑efectividad y evaluación de la aceptación de la vigilancia activa para personalizar tratamientos y optimizar recursos.
Así mismo, con su mirada en consultorios y centros de salud, la GPC 2025 trasciende un simple manual: es la hoja de ruta que médicos, enfermeras y gestores farmacéuticos necesitaban para alinear cada decisión con la mejor evidencia. Mientras en Bogotá los comités de tumor boards evalúan casos con estos nuevos criterios, en Pasto y Montería se planifica llevar ecógrafos de alta resolución a las cabeceras municipales y capacitar a médicos generales en vigilancia activa.
Paralelamente, investigadores nacionales preparan un estudio multicéntrico que medirá el impacto de la guía en supervivencia y calidad de vida, con arranque antes de fin de año. Si todo marcha según lo previsto, para 2028 Colombia contará con evidencia robusta para perfeccionar sus estrategias y consolidarse como referente regional en el manejo del cáncer diferenciado de tiroides.

Encuentre aquí la GPC para la estadificación y tratamiento del cáncer diferenciado de tiroides – versión completa (publicación anticipada) – 2025