La idea de que los trastornos por abuso y dependencia del alcohol, el cannabis y otras drogas conducen a tendencias suicidas en adolescentes y adultos jóvenes está siendo cuestionada por los resultados de un nuevo estudio en PLOS ONE realizado en la Universidad de Montreal y el hospital infantil CHU Sainte-Justine.
Para los especialistas en salud mental, la adolescencia en los seres humanos es una etapa de intensa vulnerabilidad, autodescubrimiento en la que muchos recurren al consumo de sustancias. Y no solo esto, ya que muchos manifiestan cambios de comportamiento y alteraciones emocionales que se evidencian con tendencias suicidas o pensamientos recurrentes sobre este tema, fenómeno que se ha incrementado durante y después de la pandemia en todo el mundo.
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El consumo problemático de sustancias y los trastornos concomitantes entre los jóvenes tienen múltiples consecuencias físicas y psicológicas negativas. Al mismo tiempo, las tendencias suicidas, que suelen surgir y alcanzar su punto álgido durante la adolescencia, suelen reflejar otros problemas de salud mental que pasaron desapercibidos durante la infancia.
“Por primera vez, nuestro metaanálisis revela que la probabilidad de que las tendencias suicidas precedan a los trastornos por consumo de sustancias es igualmente alta”, dijo el primer autor del estudio, Charlie Rioux, graduado del programa de doctorado en psicología de la Universidad de Montreal.
2 hipótesis sobre las tendencias suicidas fundamentan este estudio
Como se puede leer en el artículo científico, arios estudios han demostrado que la relación entre el consumo de sustancias y la susceptibilidad a la ideación suicida en poblaciones adolescentes y adultas podría explicarse desde el punto de vista del desarrollo mediante cuatro hipótesis. Sin embargo, como la investigación se concentró en adolescentes solamente se tomaron en cuenta dos de ellas:
- Primera hipótesis: los trastornos por consumo de sustancias conducen a tendencias suicidas a través del aumento de la angustia psicológica y la impulsividad o de la depresión inducida por las sustancias.
- Segunda hipótesis: La automedicación o el uso de sustancias como medio para obtener la aceptación de los compañeros a fin de hacer frente a la ideación suicida.
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Posteriormente, el equipo investigador llevó a cabo un metaanálisis en el que se revisaron 25 publicaciones científicas que abordaran estos temas. Los resultados mostraron que las asociaciones bidireccionales entre el consumo de sustancias y la suicidalidad eran significativas y no diferían en magnitud según la dirección de la asociación (según las hipótesis planteadas).
En el análisis se encontró un sesgo que ignora el hecho de que los jóvenes pueden consumir sustancias como respuesta a los pensamientos suicidas. Además de ello, otro aspecto destacado es que los modelos de investigación de la gran mayoría de los estudios actuales no especifican cómo pueden desarrollarse conjuntamente los trastornos por consumo de sustancias y las tendencias suicidas. Por ejemplo, el 65% de los estudios revisados solo se concentraron en la primera hipótesis, la segunda debería tomar un papel más relevante en futuras investigaciones sobre estos temas.
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“Aunque recientemente se han realizado varios metaanálisis sobre la asociación entre el consumo de sustancias y las tendencias suicidas, no se ha comparado cómo estas hipótesis pueden influirse mutuamente”, dijo Natalie Castellanos-Ryan, profesora asociada de la Escuela de Psicoeducación de la Universidad de Montral e investigadora del CHU Sainte-Justine.
En la conclusión, los investigadores señalan que los trastornos asociados al consumo de drogas, incluyendo las tendencias suicidas deben ser evaluados y tratados conjuntamente. De igual manera señalaron que los profesionales de salud deben mantenerse atentos al inicio del consumo de sustancias en pacientes jóvenes con pensamientos o intentos de suicidio para brindar un tratamiento más oportuno y dirigido a estas alteraciones de salud mental.
