En su más reciente informe, Así Vamos en Salud presentó un análisis del estado financiero de las Empresas Promotoras de Salud (EPS), basado en los catálogos financieros publicados por la Superintendencia Nacional de Salud al corte del tercer trimestre de 2024. Este informe, centrado en las EPS del Régimen Contributivo y Subsidiado, evidencia un panorama financiero preocupante con crecientes pérdidas operacionales, patrimonios negativos en la mayoría de las entidades y siniestralidad superior al 100%, lo que compromete la sostenibilidad del sistema de salud colombiano.
Este análisis incluye comparaciones con los resultados financieros del mismo periodo de 2023, lo cual ha permitido observar tendencias de deterioro en varios rubros clave. Sin embargo, se ha resaltado la ausencia de datos correspondientes a Nueva EPS, la entidad con mayor número de afiliados (11,2 millones, equivalentes al 22,8% del total nacional), lo que introduce un margen de incertidumbre en las cifras consolidadas.
El deterioro financiero del sistema de EPS
De acuerdo con el informe, los resultados financieros muestran que el sistema de EPS alcanzó un patrimonio neto de -7,1 billones de pesos al tercer trimestre de 2024, un incremento del 41% frente a los -5 billones registrados al cierre de 2023. Este déficit se distribuye principalmente entre el Régimen Subsidiado, con -4,9 billones de pesos, y el Régimen Contributivo, con -2,4 billones.
Del patrimonio negativo al tercer trimestre de 2024; -4,9 billones corresponden a las entidades del régimen subsidiado y -2,4 billones de pesos a las entidades del régimen contributivo. Desde el cierre del año 2023 al tercer trimestre del año 2024, el patrimonio aumentó en – 2 billones de pesos, esto es un incremento del patrimonio negativo del 41% en el transcurso del año 2024.
Para el grupo de entidades que operan en ambos regímenes al tercer trimestre de 2024, muestran un patrimonio positivo Coosalud y Mutualser de 264 mil millones de pesos. Que ha venido disminuyendo al comparar con el segundo trimestre, en donde se ubicó en 307 mil millones de pesos.
Frente a este panorama, se puede concluir que el análisis financiero del sistema al cierre del tercer trimestre de 2024 refleja pérdidas operacionales totales de 3,1 billones de pesos. De este monto, el Régimen Contributivo concentra 2 billones de pesos, lo que equivale al 64% del déficit total. Por su parte, el Régimen Subsidiado registra pérdidas operativas de 1 billón de pesos, mostrando un incremento del 85,3% en comparación con el trimestre anterior.Principio del formulario
La descapitalización es más aguda en las entidades bajo vigilancia especial o intervención, las cuales representan el 55,9% de las pérdidas operacionales del sistema, equivalentes a 1,7 billones de pesos. Estas entidades también concentran el 74,8% del déficit en el resultado del ejercicio financiero, que cerró en -1,4 billones de pesos para este grupo específico.
El caso de EPS como Sanitas, Capresoca y Comfenalco Valle ilustra el nivel de deterioro patrimonial. Sanitas, por ejemplo, experimentó un incremento del 440% en su patrimonio negativo frente al mismo periodo de 2023. Capresoca y Comfenalco Valle también reportaron deterioros significativos del 807% y 171%, respectivamente.
Entre las entidades con patrimonio positivo, el informe señala una tendencia a la disminución. De las 7 EPS con resultados positivos, se registró un descenso promedio del 32,5% en su patrimonio, con Compensar destacándose como la más afectada, al reportar una reducción del 85,4%.
En términos operativos, las pérdidas acumuladas del sistema de EPS ascienden a 3,1 billones de pesos al tercer trimestre de 2024. El Régimen Contributivo genera el 64% de estas pérdidas, equivalente a 2 billones de pesos, mientras que el Régimen Subsidiado contribuye con 1 billón de pesos, lo que representa un aumento del 85,3% en comparación con el trimestre anterior.
Siniestralidad y sostenibilidad: una ecuación insostenible
La siniestralidad, definida como la proporción entre los costos médicos y los ingresos, alcanzó el 99,6% al tercer trimestre de 2024. Cuando se suman los gastos administrativos, esta cifra asciende al 106,1%, lo que implica que las EPS están gastando más de lo que generan, evidenciando un déficit estructural.
Este fenómeno afecta tanto a las entidades intervenidas como a las que aún mantienen patrimonio positivo. La incapacidad del sistema para cubrir sus costos médicos y operativos refleja la necesidad urgente de liquidez y ajustes estructurales.
En las EPS bajo vigilancia especial o intervención, la pérdida operativa es aún más pronunciada. Este grupo cerró el trimestre con un resultado operativo negativo de 1,6 billones de pesos y un patrimonio negativo acumulado de -6,9 billones. Estas cifras subrayan la gravedad de la crisis en estas entidades y el impacto que tienen en la sostenibilidad del sistema de salud.
En términos de ingresos y egresos, el informe concluye que las EPS no están generando los recursos necesarios para garantizar la viabilidad de sus operaciones. La situación es particularmente crítica en el Régimen Subsidiado, que concentra una mayor proporción de usuarios vulnerables y recursos públicos.
La urgencia de reformas estructurales para garantizar la sostenibilidad del sistema de salud
El informe de Así Vamos en Salud revela un sistema de EPS financieramente debilitado, con un patrimonio negativo creciente, siniestralidad insostenible y pérdidas operacionales que superan los ingresos. Este panorama no solo compromete la estabilidad de las entidades, sino también la capacidad del sistema para garantizar la calidad y continuidad de los servicios de salud.
La ausencia de información actualizada de Nueva EPS, que concentra una quinta parte de los afiliados del país, limita la consolidación completa de los datos y plantea interrogantes adicionales sobre el impacto de esta entidad en las cifras generales del sistema.
Además, este análisis pone en evidencia la urgencia de implementar reformas estructurales que garanticen la sostenibilidad del sistema de salud, especialmente para las EPS en intervención o bajo vigilancia especial. Estas entidades enfrentan desafíos económicos significativos que no solo amenazan su operación, sino también la confianza pública en el modelo de aseguramiento y atención en salud.
La solución a esta crisis requerirá un enfoque integral, que combine medidas de control financiero, ajustes normativos y estrategias para fortalecer la liquidez del sistema, asegurando así el derecho a la salud para millones de colombianos.