El presidente Gustavo Petro decidió transmitir en vivo su más reciente Consejo de Ministros, argumentando que el pueblo colombiano tiene el derecho de vigilar y participar en las decisiones del gobierno. Sin embargo, lo que empezó como un ejercicio de transparencia terminó por exponer las profundas fisuras dentro del gabinete ministerial y el incumplimiento de la mayoría de los compromisos adquiridos por el Ejecutivo. Durante casi 6 horas de transmisión ininterumpidas, Petro no solo evidenció la falta de ejecución de políticas clave, sino que también enfrentó críticas desde su propio equipo.
Uno de los temas centrales de la reunión fue el incumplimiento de compromisos adquiridos en encuentros con la ciudadanía. Según el presidente, de los 195 compromisos hechos en reuniones con el pueblo, 146 no se han cumplido. La situación es aún más crítica cuando se amplía el análisis a los compromisos derivados de la participación ciudadana, que suman 780, de los cuales 666 siguen sin cumplirse. Estas cifras plantean serias dudas sobre la capacidad operativa del gobierno para materializar sus promesas de campaña.
La reunión también evidenció una fuerte fractura dentro del gabinete. La vicepresidenta Francia Márquez tomó la palabra para expresar su descontento con el funcionamiento del gobierno y denunciar la corrupción en algunas instituciones. Además, cuestionó abiertamente la decisión presidencial de reincorporar a Armando Benedetti al gobierno, una movida que ha generado malestar en varios sectores del Ejecutivo. Márquez afirmó que su Ministerio de Igualdad nació sin estructura ni recursos suficientes, lo que ha impedido que pueda ejecutar los programas prometidos a las comunidades más vulnerables.
“Me duele ver que en este gobierno que ayudé a elegir se presenten tantos actos de corrupción”, afirmó en un tono crítico. Sin embargo, no dio nombres específicos, lo que dejó abierta la posibilidad de que el problema sea más profundo de lo que se ha revelado hasta ahora. A pesar de sus críticas, Márquez reafirmó su compromiso con la administración, dejando claro que no se retirará ni renunciará, sino que seguirá luchando por garantizar que el gobierno cumpla con sus promesas. No obstante, sus palabras revelan un descontento profundo con la gestión de ciertos sectores.
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, fue aún más directa en su intervención en el Consejo de Ministros, denunciando la existencia de “agendas paralelas” dentro del gobierno. Según Muhamad, estos intereses ajenos al proyecto político del presidente han generado una resistencia institucional que ha dificultado la implementación de las reformas. Sus declaraciones fueron interpretadas como una denuncia contra ciertos sectores del gabinete que, en lugar de trabajar en función del cambio prometido por Petro, han obstaculizado y entrampado las iniciativas.
Una de las declaraciones más fuertes de Muhamad fue su negativa a compartir mesa en el gabinete con Armando Benedetti. Durante el Consejo de Ministros, rechazó tajantemente la presencia de Benedetti en el gobierno y fue enfática en afirmar que no participará en el gabinete junto a él. Y si bien aseguró que no presentará su renuncia, reiteró que su compromiso con el gobierno actual se mantiene.
Este episodio, descrito como catastrófico por diferentes políticos y líderes nacionales e incluso la misma ciudadanía, demuestra que la unidad dentro del gobierno está en riesgo, y que el “Gobierno del Cambio” enfrenta no solo la oposición de sectores tradicionales, sino también desafíos internos que pueden debilitar su capacidad de cumplir con las reformas prometidas. La pregunta ahora es si Petro tomará medidas para resolver estas tensiones o si permitirá que las fisuras sigan creciendo, poniendo en peligro la estabilidad de su administración.
Reforma a la salud y salud pública, cuestionados en el Consejo de Ministros
Al inicio del Consejo de Ministros, el presidente Gustavo Petro reiteró que “las personas no son mercancías”, su afirmación fue directamente cuestionada. La falta de implementación de cambios en el modelo sanitario fue señalada como una de las fallas estructurales del gobierno. En el Consejo de Ministros, algunos miembros del gabinete expresaron su preocupación por la incertidumbre que rodea la iniciativa, especialmente por la falta de consenso entre los actores y el impacto de la crisis financiera en el sector. La deuda de las EPS con clínicas y hospitales sigue creciendo, amenazando la continuidad en la prestación de servicios.
Desde el inicio, el gobierno Petro ha insistido en la necesidad de un nuevo modelo de salud pública, basado en prevención, acceso universal y eliminación de barreras financieras. Sin embargo, la realidad es que los cambios estructurales aún no se han materializado, lo que ha generado descontento no solo en la oposición, sino dentro del mismo gabinete. Al respecto, el presidente reconoció que el sistema de salud necesita transformaciones urgentes, pero defendió su gestión, argumentando que la falta de avances se debe en parte a la fuerte oposición que ha enfrentado su gobierno y a la falta de recursos necesarios para garantizar la transformación.