Día mundial de las Anomalías Congénitas

El 3 de marzo fue la fecha escogida por la Organización Panamericana de la Salud para conmemorar el Día Mundial de los Defectos del Nacimiento, también llamados defectos congénitos.

Se refiere a una serie de mal formaciones que se generan en el bebé durante los meses gestacionales.  Algunos de estos defectos son la espina bífida, el síndrome de Down y el más reciente, el síndrome congénito por el virus del zika; en el momento en que apareció el virus del Zika, los centros de salud detectaron que la mayoría de las mujeres embarazas que habían contraído el virus del zika, dieron a luz bebés con defectos congénitos, activando las señales adecuadas sobre las acciones que se debían tomar en el mundo para bajar los riesgos de que un niño naciera con problemas de gravedad debido a su desarrollo en el vientre.  Debido a este último virus, se creó este día como el Día Mundial de los Defectos del Nacimiento.

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Objetivos para desarrollar en el día de las Anomalías Congénitas

Asimismo, los Centros de Control, Prevención de Enfermedades, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la salud; crearon una lista de objetivos para este día, en el que se busca crear conciencia sobre estas enfermedades e incrementar la posibilidad de evitarlas, promoviendo lo siguiente:

• Mayor cantidad de programas que concedan el monitoreo constante de los fetos para valorar su desarrollo y así prevenir cualquier anomalía congénita.
• Mejorar los programas existentes respecto al monitoreo de defectos congénitos.
• Facilitar mayor acceso a los programas de salud que traten la condición correspondiente, para las personas que padecen alguna anomalía congénita.
• Estimular la investigación sobre las formas de evitar o eliminar ciertos defectos de nacimiento.

Las anomalías congénitas pueden tener origen genético, infeccioso o ambiental y se calcula que cada año, 270.000 recién nacidos fallecen durante los primeros 28 días de vida, debido a esta enfermedad, siendo esta la cuarta causa de muerte neonatal, según datos de la OMS.

Para los niños que sobreviven y viven con dichas condiciones, los defectos de nacimiento aumentan su riesgo de discapacidades a largo plazo, con un impacto en los afectados, familias, sistemas de salud y la sociedad.

Es necesario tener en cuenta que la mayoría de estas anomalías congénitas se pueden prevenir o manejar ingiriendo ácido fólico y yodo durante el embarazo, vacunando contra la rubeola a las mujeres en estado gestante y recibiendo los cuidados prenatales correctos son algunas de las medidas básicas para evitar estas enfermedades.