La Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) confirmó que estabilizar la Nueva EPS será un proceso complejo, en respuesta a la alerta emitida por la Contraloría General de la República, que reveló deudas multimillonarias, pasivos ocultos y graves fallas administrativas. Como parte de la estrategia de control, la entidad anunció tres medidas: una auditoría forense internacional, una auditoría de cuentas médicas y la regularización de giros a la red pública y privada.
Contraloría detecta deudas por $21,3 billones y fallas estructurales
En un operativo de policía judicial realizado en julio de 2025, la Contraloría recopiló más de 4.500 archivos con información administrativa y financiera de la EPS, correspondiente a las vigencias 2022 a 2025. El análisis reveló un panorama crítico:
- Anticipos pendientes por legalizar: de $3,4 billones en 2023 a $8,6 billones en 2024, alcanzando $15,27 billones a junio de 2025, de los cuales $143 mil millones tienen más de dos años sin respaldo.
- Facturas represadas: 22,7 millones de registros por $22,1 billones, con 9,1 millones duplicadas por $8,9 billones. La deuda neta supera los $13,2 billones, el 97 % correspondiente a 2024 y primer semestre de 2025.
- Concentración del riesgo: 36 prestadores acumulan el 40 % del valor total de las facturas pendientes, unos $5,2 billones.
- Cuentas por pagar: con corte a marzo de 2025 ascienden a $21,37 billones, incluyendo $10,5 billones en anticipos y $8,7 billones en facturas sin procesar.
- Reservas técnicas subestimadas: con corte a diciembre de 2024, se evidenció un déficit de $11,1 billones sin soportes completos, lo que refleja un pasivo subregistrado y la falta de liquidez para responder a compromisos con prestadores y afiliados.
La Contraloría advirtió que este escenario representa una amenaza no solo para la EPS, sino para el Sistema General de Seguridad Social en Salud, ya que Nueva EPS asegura a casi una cuarta parte de la población afiliada.
Supersalud: “El desastre de Nueva EPS no es nuevo”
El superintendente nacional de salud, Giovanni Rubiano García, se refirió al informe y recordó que las alertas ya habían sido advertidas desde finales del año pasado.
“El desastre de Nueva EPS no es nuevo. Esta administración compulsó copias en diciembre de 2024 (…) sobre los hallazgos más significativos en Nueva EPS y que tienen relación con la omisión deliberada de pasivos en los balances financieros presentados por la aseguradora”, señaló Rubiano.
El funcionario agregó que se trata de deudas billonarias y pasivos ocultos de distintos años, nunca procesados ni contabilizados en los informes oficiales.
FragMet y reorganización interna
Como parte de las medidas previas, el anterior interventor implementó el sistema de información FragMet, una herramienta para fortalecer la trazabilidad de las cuentas y reducir la opacidad en el manejo financiero. Según Rubiano, esta iniciativa hace parte de los esfuerzos por “poner en orden la casa” en medio de un escenario marcado por la falta de transparencia en los balances de la EPS.
La Supersalud también definió tres ejes estratégicos para enfrentar la crisis:
- Auditoría forense internacional. Revisión de cuentas médicas entre 2019 y 2025, con el fin de lograr un diagnóstico detallado de la situación financiera.
- Auditoría de cuentas médicas. Seguimiento al flujo de recursos desde la Unidad de Pago por Capitación (UPC) hasta los prestadores, para garantizar trazabilidad y transparencia.
- Regularización de giros. Organización de pagos a la red pública y privada, con el objetivo de estabilizar la liquidez y reducir los riesgos de afectación en la atención de los afiliados.
“Estabilizar la Nueva EPS no es un tema fácil. Para lograrlo se necesita primero un diagnóstico correcto, y una de las maneras de alcanzarlo es con una auditoría forense (…) que se concentrará en la revisión de las cuentas médicas entre 2019, 2020 y lo corrido de 2025”, explicó Rubiano.
Inestabilidad en la intervención y nuevo relevo
La Nueva EPS está bajo intervención desde abril de 2024, medida prorrogada en abril de 2025 tras la ausencia de estados financieros certificados de 2023 y 2024. En este periodo, la entidad ha tenido tres agentes interventores, reflejo de la inestabilidad de la medida.
Cabe recordar que el pasado 19 de agosto de 2025, la Supersalud nombró a Gloria Libia Polanía Aguillón como nueva agente interventora, en reemplazo de Bernardo Camacho. Con 33 años de experiencia en el sector salud y un paso previo por la intervención de Coosalud, Polanía tiene el encargo de dar continuidad a los planes de reorganización y ejecutar las nuevas medidas de control.
Una crisis de alto impacto sistémico
Entre tanto, el diagnóstico de la Contraloría y las acciones de la Supersalud confirman que la crisis de la Nueva EPS es estructural y de largo plazo. La combinación de deudas billonarias, reservas técnicas insuficientes, contratos sin soporte y un sistema de información deficiente comprometen la estabilidad de la aseguradora más grande del país.
El desenlace de este proceso será determinante no solo para los 11,5 millones de afiliados de la Nueva EPS, sino también para la sostenibilidad del sistema de salud colombiano, que enfrenta uno de sus mayores retos en materia de solvencia y transparencia.
