La cooperación internacional en salud en América Latina da un paso adelante con la firma de un memorando de entendimiento que une a dos países con retos comunes y aspiraciones compartidas. El acuerdo se centra en el fortalecimiento de la salud mental, la modernización de la regulación de medicamentos y dispositivos médicos, y el desarrollo de competencias técnicas en las instituciones sanitarias. Más allá de un compromiso político, esta iniciativa busca convertirse en un instrumento práctico para mejorar la calidad de los servicios, garantizar un acceso más equitativo a la atención y abrir la puerta a proyectos conjuntos que tengan un impacto directo en la vida de millones de personas.



Cooperación bilateral en salud: un compromiso estratégico
El memorando establece un marco de colaboración orientado a consolidar capacidades técnicas y optimizar procesos regulatorios y de vigilancia sanitaria. Este compromiso refleja la necesidad de avanzar hacia una gobernanza más sólida en salud, en un contexto donde América Latina enfrenta una creciente demanda de servicios, el aumento sostenido de enfermedades crónicas y las dificultades para garantizar el acceso seguro a medicamentos innovadores.
La cooperación entre Perú y El Salvador se configura así como un puente de doble vía: no solo permitirá compartir buenas prácticas, sino también generar proyectos conjuntos que se traduzcan en beneficios concretos para la población. En la práctica, es un paso hacia un modelo de cooperación Sur-Sur que apuesta por soluciones basadas en la experiencia local y en la innovación.
Salud mental como eje prioritario
Uno de los ejes centrales del memorando es la salud mental, un ámbito en el que Perú ha logrado reconocimiento internacional. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) premió recientemente al país por su Gestión y Liderazgo en los Servicios de Salud, gracias a un modelo comunitario que ha transformado el abordaje de este tipo de patologías.
La estrategia peruana se basa en la expansión de centros de salud mental comunitarios y casas de acogida, integrados a la atención primaria y diseñados para acercar los servicios a la población. El Salvador mostró particular interés en replicar estas experiencias, reconociendo que la atención en salud mental no puede seguir concentrada en hospitales especializados. El objetivo compartido es fortalecer la prevención, la detección temprana y la rehabilitación psicosocial, mediante esquemas más inclusivos y accesibles.
Avances en regulación de medicamentos
Otro de los pilares del memorando es el fortalecimiento regulatorio. La Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) de Perú se encuentra en un proceso de transformación institucional que busca consolidarla como una autoridad de referencia en la región.
Entre sus prioridades están la actualización de los procesos de autorización de medicamentos, la mejora de la farmacovigilancia y la implementación de estándares de calidad equivalentes a los exigidos en mercados internacionales. Este avance no solo aumenta la seguridad de los pacientes, sino que también posiciona a Perú como un socio estratégico para la cooperación regulatoria. Para El Salvador, la alianza representa la posibilidad de robustecer sus propios mecanismos de control, lo que se traduce en mayor confianza en los tratamientos disponibles para la ciudadanía.
Declaraciones que refuerzan la alianza
El ministro de Salud de Perú, César Vásquez Sánchez, destacó que este memorando permitirá “intercambiar conocimientos y experiencias, e implementar acciones concretas que se traduzcan en mejores servicios y más salud para nuestras poblaciones”. En sintonía, el embajador de El Salvador en Lima, Pablo Caballero Pineda, resaltó que el “hermanamiento” institucional abre la posibilidad de enriquecer el abordaje de la salud mental y de otros campos sanitarios de interés mutuo.
El acuerdo contó con la participación de autoridades de ambos países, lo que refuerza su legitimidad política y técnica. Por Perú, estuvieron presentes el viceministro de Salud Pública, Ricardo Peña Sánchez; el director de la Oficina General de Cooperación Técnica Internacional, Víctor Melt Campos; la directora ejecutiva de Salud Mental, July Caballero Peralta; y la directora de la Digemid, Delia Dávila Vigil. En representación de El Salvador participó la ministra consejera Virginia Isabel Bárnica, junto con delegados diplomáticos y técnicos.
Salud mental en Perú: cifras que explican la urgencia
La dimensión del desafío se refleja en las cifras. Solo en un año reciente, Perú registró 1.84 millones de atenciones por trastornos mentales y problemas psicosociales, siendo la ansiedad y la depresión los diagnósticos más frecuentes. En los primeros seis meses del año siguiente, las atenciones superaron las 900,000 consultas, lo que confirma la magnitud de la demanda y la necesidad de fortalecer la red de servicios.
La estrategia nacional ha permitido desplegar más de 270 centros comunitarios de salud mental y líneas telefónicas de atención, acercando los servicios a la población. Sin embargo, los retos en sostenibilidad financiera, disponibilidad de talento humano especializado y reducción del estigma social siguen siendo considerables. En este escenario, la cooperación internacional emerge como una herramienta clave para acelerar los avances y ofrecer modelos replicables.
La cooperación como motor de cambio en salud
El memorando entre Perú y El Salvador no solo refuerza el vínculo bilateral, sino que también se proyecta como un referente para otros países de la región. Al situar la salud mental y la regulación farmacéutica como prioridades, el acuerdo demuestra que la cooperación puede ser un motor de cambio estructural en los sistemas de salud.
Para los profesionales del sector, este tipo de alianzas representan la oportunidad de analizar prácticas exitosas, integrar enfoques innovadores y fortalecer la capacidad institucional. Más allá de lo bilateral, se trata de un mensaje claro: los desafíos comunes de América Latina pueden convertirse en oportunidades de transformación si se privilegia la cooperación técnica y política sobre la competencia.