Cardiolipina: molécula para terapias inmunitarias contra el cáncer

Cardiolipina: molécula para terapias inmunitarias contra el cáncer
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Investigadores de Harvard revelan un descubrimiento que podría revolucionar las terapias inmunitarias contra el cáncer. Un equipo de la Facultad de Medicina de Harvard halló que una molécula producida por la bacteria Streptococcus pyogenes, responsable de la faringitis estreptocócica y otras infecciones, podría tener un papel clave en el tratamiento del cáncer.

El estudio, publicado en el Journal of the American Chemical Society, revela que esta molécula, conocida como cardiolipina, desencadena una respuesta inmunológica en el organismo. Esto desafía la creencia de mucho tiempo de que el sistema inmunológico ignora esta molécula bacteriana.

Hace más de 100 años, el cirujano William Coley, había revelado que infectar a pacientes con cáncer intratable con S. pyogenes u otras cepas bacterianas, conocidas como “toxinas de Coley“, a veces curaba su enfermedad. Sin embargo, muchos de sus colegas no creyeron en estos resultados y sus métodos fueron marginados con la llegada de la radiación y la quimioterapia.

La reputación de Coley se restauró con el advenimiento de las modernas terapias inmunológicas contra el cáncer, que aprovechan el sistema inmunológico para combatir los tumores. Sin embargo, hasta ahora nadie había descubierto qué hacía que los tratamientos originales de Coley funcionaran.

El equipo liderado por Jon Clardy, Ph.D. de Christopher T. Walsh. Profesor de Química Biológica y Farmacología Molecular en el Instituto Blavatnik de HMS y sus colegas encontraron la respuesta mediante una prueba de activación inmunológica. Esta prueba identifica moléculas bacterianas que estimulan una respuesta inmunológica en cultivos celulares derivados de la médula ósea de ratones. De todas las moléculas en S. pyogenes, solo una resultó efectiva: una simple molécula grasa conocida como cardiolipina, presente en la membrana celular, el equipo la denominó SpCL-1.

Este descubrimiento marca la primera vez que los investigadores implican una cardiolipina bacteriana en las respuestas inmunológicas humanas. Contradice la creencia generalizada de que los lípidos de membrana simples, como las cardiolipinas bacterianas mencionadas en este artículo, no son inmunogénicos. Este resultado desafía esa creencia establecida y abre nuevas posibilidades en la investigación inmunológica.

Los investigadores descubrieron que la cardiolipina puede ser reconocida por el sistema inmunológico y desencadenar una respuesta inflamatoria. Esto podría explicar por qué el estreptococo a veces causa complicaciones inmunitarias graves, como la fiebre reumática, y cómo el reconocimiento de esta molécula puede contribuir a enfermedades autoinmunes como el lupus.

Clardy afirmó: “Nuestro trabajo proporciona una respuesta al misterio de por qué, en algunas de estas enfermedades autoinmunes poco comprendidas , el cuerpo desarrolla una respuesta inmune a los autoantígenos: por qué se ataca a sí mismo”.

Cardiolipina, respuesta inmunológica contra el cáncer

Además, el estudio sugiere que la cardiolipina podría tener un papel en el campo de la inmunoterapia contra el cáncer. Los investigadores encontraron que esta molécula se une a receptores en las células del sistema inmunológico, lo que desencadena la liberación de una molécula inflamatoria llamada factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa). Esto abre la puerta a nuevas estrategias para estimular una respuesta inmunológica contra el cáncer.

Estos hallazgos podrían tener implicaciones importantes en el desarrollo de tratamientos inmunoterapéuticos más efectivos para el cáncer. También podrían ayudar a comprender por qué las terapias inmunitarias no funcionan en todos los pacientes, ya que estudios previos han demostrado que el microbioma intestinal juega un papel crucial en la eficacia de estas terapias. Las cardiolipinas bacterianas podrían ser una pieza clave en este rompecabezas.

Todavía queda mucho por investigar, sin embargo, este descubrimiento ofrece nuevas esperanzas en la lucha contra el cáncer y abre nuevas vías de investigación en el campo de la inmunoterapia. Los investigadores esperan que esta molécula bacteriana, junto con otras terapias inmunológicas, pueda conducir a tratamientos más efectivos y personalizados para combatir esta enfermedad devastadora.

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