En el lanzamiento de la iniciativa LaS.O.S., creada para superar las brechas y dilaciones en cáncer de mama, se realizaron una serie de conversatorios en los que especialistas, representantes de asociaciones científicas y organizaciones que integran la estrategia. Las charlas giraron en torno a la detección temprana, las barreras y los retos que todavía no se superan en el sistema de salud colombiano.
Iniciativa LaS.O.S y detección temprana: el mayor pendiente es el cierre de brechas
El primer conversatorio estuvo moderado por la Dra. Martha Ospino (INC) y como panelistas estuvieron la Dra. Sandra Díaz (INC), el Dr. Álvaro Niño (ACM), Alejandra Toro (Luz Rosa), Daniel Humberto Echeverri (PROPACÍFICO) y el Dr. Nelson Bedoya (ARIDB).
Los participantes concordaron en la tasa de mortalidad por cáncer de mama, las dificultades socioculturales que ‘ralentizan’ un diagnóstico temprano, sin dejar de mencionar el acceso tardío a la consulta, al monitoreo o al tratamiento, mucho más latente en las zonas más apartadas de la geografía nacional.
Desde la Asociación Colombiana de Mastología, la educación de médicos generales, profesionales o auxiliares en enfermería amerita una revisión exhausta desde el Ministerio de Salud. En ese sentido, se requieren cátedras encaminadas a la detección precoz y a enseñar a los pacientes a practicarse el autoexamen durante la consulta. En esa línea educativa, los médicos también deben fortalecer sus competencias sobre las rutas integrales de atención (RIAs) para tomar las medidas necesarias, evitando en la mayor medida la progresión de la enfermedad.
Otra de las principales barreras que se deben sortear en el país es el miedo. Los contenidos, aparentemente informativos, que se presentan a las mujeres -y a la población general- deben transformarse hacia una visión menos negativa, en la que el tema central no sea la enfermedad grave sino la detección temprana como una herramienta salvavidas.
Desde la perspectiva de una mujer diagnosticada con cáncer de mama, otro de los retos del sistema de salud es la fragmentación de los servicios, pues solamente generan dilaciones en el tratamiento y confusión para los pacientes, especialmente cuando no tienen información suficiente sobre la enfermedad. “Hacen falta más centros amables donde la atención de la mujer sea integral”, mencionó Alexandra Toro de Luz Rosa.
Por su parte, Propacífico hizo referencia a las barreras de acceso en cáncer de mama y cérvix: (i) los canales de comunicación entre EPS-pacientes son inefectivos o se marcan como spam, (ii) los mensajes analizados hacían relaciones inmediatas de las enfermedades con la muerte, entregando cifras que causaban temor real en la población de interés, (iii) hacen falta herramientas digitales interconectadas que faciliten intervenciones de gestión de riesgo en el territorio nacional.
Si el pilar del tamizaje es la mamografía, otro de los retos mencionados involucra a las imágenes diagnósticas como vehículo esencial para el diagnóstico o seguimiento del cáncer de mama. “Una buena mamografía es lo que realmente salva vidas. Hacen falta más radiólogos entrenados en imágenes mamarias que tomen imágenes de calidad y que sean de utilidad para los demás especialistas”.
Adicionalmente, se requiere evolucionar hacia las nuevas tendencias en el manejo del cáncer de mama: cambio de los grupos etarios por grupos de riesgo, tener en cuenta otros factores del componente físico y psicológico, pues los exámenes son una fuente de ansiedad que se manifiesta no solamente a la hora de la toma de la imagen, se padece incluso días o semanas antes.
Impacto social en el manejo del cáncer de mama: ¿cómo se percibe desde las instituciones?
En el segundo panel de discusión, moderado por la Dra. Natalia Castrillón, médica y magister en Salud Pública participaron el Dr. Ricardo Brugés, presidente de la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología (ACHO), la Dra. Esther de Vries (Pontificia Universidad Javeriana), la Dra. Devi Puerto (INC), la Dra. Jessika Bermudez (Liga Colombiana contra el Cáncer) y Ana Hernández (OICA). La conversación se centró en la organización de la red de servicios y el mejoramiento en el acceso a los servicios de salud, reconociendo las barreras mencionadas previamente.
Los temas de conversación fueron los acercamientos con la comunidad y la generación de estrategias académicas que se traduzcan en beneficios para los pacientes con cáncer de mama. Desde esta perspectiva, la ruta de atención del cáncer no empieza con el diagnóstico, en realidad comienza con la prevención. Sin embargo, lo que se observa a nivel nacional es una desarticulación notable entre las RIAS y complejidades operativas que reducen la oportunidad en el acceso.
En su intervención, el Dr. Ricardo Brugés (ACHO) hizo referencia a la encuesta realizada con All.Can, cuyo objetivo era la identificación de barreras, particularmente en las barreras de la atención para los pacientes con cáncer.
“Encontramos barreras desde la parte administrativa, una vez que se generan una serie de órdenes a los pacientes, ellos encuentran una serie de obstáculos para que se aprueben las autorizaciones que se tienen para los diferentes procedimientos que se tienen diagnósticos de la enfermedad. También encontramos que habían barreras en la entrega de los medicamentos, una vez que se formula uno, tienen dificultades para recibirlos a tiempo, para la primera entrega o para la continuidad”, expresó ante el auditorio que acompañó el lanzamiento de la iniciativa LaS.O.S.
Asimismo, el Dr. Brugés señaló que hay dificultades en la educación del personal médico, particularmente con el talento humano en salud vinculado al primer nivel de atención. “Muchas universidades no tienen constituida una cátedra de oncología y cuando lo tienen, eventualmente ese programa no lo da un oncólogo, no lo da un profesional que tenga experticia en el área de oncología y eso afecta la manera en la que se reciben esos conocimientos”, indicó.
Participación del Dr. Ricardo Brugés en el conversatorio:
Para el Observatorio Nacional del Cáncer, los puntos clave que la iniciativa LaS.O.S. representa para las zonas más apartadas del país y las poblaciones con características socioculturales diferentes. Aunque se tienen los datos y las certezas, realmente no se cumplen los deberes intrínsecos a los derechos de los pacientes; también hay barreras comunicativas entre las instituciones y miedo entre los profesionales de la salud para atender a los pacientes de provincias y áreas rurales, para quienes la atención en salud se lleva a cabo con elementos distintos, no menos importantes a los que se utilizan en la prestación de servicios de las áreas urbanas o a los pacientes migrantes.
“Hay varias cosas a tener en cuenta: educación al paciente, a los profesionales de medicina sobre todo a los que están en primer nivel. Otro elemento sería replicar modelos exitosos de abordaje multidisciplinario del abordaje de los pacientes y lo concerniente con la fragmentación”, fue uno de los mensajes finales que dejó el conversatorio.
Investigación y digitalización del manejo del cáncer de mama, una arista de la iniciativa LaS.O.S. con oportunidades latentes
El tercer panel de discusión inició con un duro cuestionamiento: cómo todas las barreras conocidas para el manejo del cáncer de mama pueden ser superadas. Un punto de partida, de acuerdo con la directora médica del CTIC, la innovación no parte de la integración de últimas tecnologías sino de la manera en que se trata a los pacientes diagnosticados con cáncer de mama u otras patologías.
“Se debe medir cada cosa que hacemos pero si no medimos, no podemos gestionarlo”. En el CTIC, cuando llega una persona en busca de un diagnóstico (54% residentes fuera de Bogotá), el tiempo máximo es de 24 días; también hay información suficiente sobre los recursos que se invierten: un paciente en estadio 4 cuesta 10 veces más (según información tomada en el último año).
La innovación en cáncer de mama también se refleja en los estudios genómicos, procesos cuyo costo se reduce cuando se hacen a volúmenes grandes de pacientes. Si en Colombia se tuviera un análisis genómico, las estrategias podrían dirigirse de forma específica y así adoptar mecanismos más costo-eficientes, con beneficios notorios para la población.