En una decisión histórica para la salud pública, los países de las Américas adoptaron una nueva política regional de la OPS que busca garantizar el acceso equitativo a medicamentos, vacunas y tecnologías sanitarias de alto costo. La medida pretende reducir la brecha en precios y disponibilidad que hoy compromete a millones de pacientes y amenaza la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud.
Una decisión histórica en salud pública regional
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció la adopción de una política regional, diseñada para responder a uno de los mayores desafíos del continente el acceso desigual a tecnologías de alto costo. La resolución compromete a los Estados Miembros a garantizar que innovaciones médicas críticas estén disponibles para todos, independientemente de su nivel de ingreso.
La directora interina del Departamento de Innovación y Acceso a Medicamentos y Tecnologías de la OPS, María Luz Pombo, definió el acuerdo como un “paso decisivo”, al resaltar que permitirá “compras más eficientes, decisiones informadas y una mayor capacidad de negociación, lo que se traduce en sistemas de salud más sostenibles y equitativos”.
Tecnologías sanitarias: un terreno desigual
El diagnóstico que motivó esta política es contundente. En las Américas, un medicamento esencial puede llegar a costar hasta 45 veces más de un país a otro, y dentro de un mismo territorio los precios fluctúan hasta en un 400% entre proveedores.
Estas disparidades no solo generan inequidad en el acceso, sino que han multiplicado las acciones judiciales con las que pacientes exigen tratamientos de alto costo, una tendencia que desestabiliza presupuestos, fragmenta procesos de compra y compromete la planeación sanitaria.
Cinco ejes estratégicos para transformar el acceso
La nueva política de la OPS plantea un enfoque integral, que abarca desde la investigación hasta la utilización racional de las tecnologías en los sistemas de salud. Los pilares estratégicos son:
- Impulsar la innovación y producción regional, reduciendo la dependencia de importaciones.
- Fortalecer la evaluación de tecnologías sanitarias (HTA), para garantizar decisiones basadas en evidencia, eficacia y costo-efectividad.
- Consolidar marcos regulatorios más sólidos, que favorezcan la competencia y aseguren calidad.
- Expandir el alcance de los Fondos Rotatorios de la OPS, como el Fondo Estratégico, para negociar precios justos en bloque.
- Promover la generación y uso de evidencia científica, fortaleciendo la transparencia en las decisiones de compra y cobertura.
Fondos rotatorios: antecedentes de éxito
La experiencia previa de los Fondos Rotatorios de la OPS demuestra que la cooperación regional es una herramienta eficaz para reducir precios y ampliar cobertura. Gracias a estos mecanismos, varios países han accedido a vacunas de última generación, tratamientos contra la hepatitis C y medicamentos oncológicos pediátricos, de mama y de próstata.
En 2024, las adquisiciones realizadas a través de estos fondos superaron los 800 millones de dólares, garantizando transparencia en precios y calidad de insumos. Durante la pandemia, el Fondo Estratégico movilizó más de 235 millones de dólares en medicamentos esenciales para 25 países de la región, contribuyendo a mantener la continuidad de los servicios sanitarios.
La nueva política busca escalar esta experiencia hacia medicamentos innovadores y terapias de mayor complejidad, donde los costos son particularmente críticos para los países de ingresos medios.
Retos para la implementación
Si bien el acuerdo representa un avance político significativo, los expertos advierten que su éxito dependerá de superar múltiples desafíos:
- Capacidades técnicas heterogéneas: no todos los países cuentan con agencias de evaluación ni marcos regulatorios robustos.
- Fragmentación de sistemas: la inequidad entre el sector público y privado podría reproducir brechas internas.
- Presión de la industria farmacéutica: grandes fabricantes podrían resistirse a procesos de compra conjunta o precios referenciados.
- Compromiso político y financiero: se requieren recursos sostenidos y voluntad de los gobiernos más allá de periodos administrativos.
La OPS subrayó que sin gobernanza transparente y mecanismos de control efectivos, persisten riesgos como la concentración de mercado, el encarecimiento de medicamentos y la intensificación de litigios judiciales.
Un nuevo pacto regional en salud
La aprobación de esta política es interpretada como un nuevo pacto sanitario en las Américas, con el que se busca enfrentar de manera colectiva los costos crecientes de la innovación. Para los sistemas de salud de la región, representa una oportunidad de armonizar regulaciones, fortalecer la producción local y aprovechar economías de escala en la compra de medicamentos.
Expertos coinciden en que, si se materializa, este esfuerzo permitirá no solo reducir brechas en el acceso, sino también proyectar a América Latina y el Caribe como un referente mundial en la gestión colaborativa de tecnologías de alto costo.
Hacia un nuevo modelo regional de acceso equitativo
La política aprobada por los países de las Américas marca un punto de inflexión para la salud pública regional. El desafío ahora es transformar el consenso político en acciones concretas que reduzcan desigualdades, estabilicen precios y consoliden la producción local. De cumplirse este propósito, la región no solo avanzará hacia sistemas de salud más equitativos y sostenibles, sino que también sentará un precedente global en la cooperación para el acceso a tecnologías sanitarias de alto costo.