Vacunación en adultos: inversión costo-efectiva y estrategia clave para un sistema de salud sostenible

Un nuevo estudio internacional revela que los programas de inmunización en adultos pueden generar un retorno de hasta 19 veces sobre la inversión inicial, fortaleciendo la prevención y sostenibilidad en los sistemas sanitarios.
Vacunación en adultos: inversión costo-efectiva y estrategia clave para un sistema de salud sostenible

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En el marco de la semana de la vacunación en las Américas, se puede dilucidar cómo la inmunización ha sido históricamente uno de los logros más importantes en salud pública, reduciendo de forma significativa la morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas. Sin embargo, su implementación suele centrarse en la infancia, descuidando el potencial de la vacunación en adultos como estrategia clave para mantener poblaciones saludables y reducir la carga sobre los sistemas de salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reiterado que la vacunación no solo salva millones de vidas cada año, sino que también contribuye a la seguridad sanitaria mundial y combate la resistencia a los antimicrobianos. De acuerdo con la directora global de asuntos públicos de Pfizer para mercados emergentes, Juliana Villarreal, “se deben implementar procesos de inmunización durante todo el ciclo de vida, como una forma de cerrar brechas de inmunidad, reducir la mortalidad por todas las causas y fortalecer la salud pública”.

El derecho a la inmunización debe ser comprendido no solo como una obligación sanitaria, sino como una inversión estructural. Según la OMS, su Agenda de Inmunización 2030 establece como objetivo estratégico la incorporación de esquemas de vacunación en todas las etapas de la vida, para maximizar el bienestar social y económico de las poblaciones.

Retorno económico y social de la vacunación en adultos

Un reciente estudio comisionado por la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers and Associations (IFPMA) y desarrollado por la Office of Health Economics (OHE) examinó el impacto económico de vacunar adultos contra enfermedades como la influenza, el virus sincitial respiratorio (VSR), la enfermedad neumocócica y el herpes zóster. Este análisis se realizó en 11 países de diversos contextos sanitarios, incluyendo Alemania, Brasil, Estados Unidos y Sudáfrica.

El hallazgo más destacado es que los programas de vacunación en adultos representan un retorno económico estimado de 19 veces la inversión inicial. Además de disminuir la presión sobre los sistemas de salud al reducir hospitalizaciones, consultas y uso de medicamentos estos programas generan beneficios indirectos como la mejora de la productividad laboral y la prolongación de la autonomía funcional en personas mayores.

“Las vacunas no solo protegen la salud, sino que también son un motor económico. Garantizar una mano de obra sana y activa a lo largo de la vida puede impulsar la productividad y la competitividad de un país”, explicó Sinan Atlig, presidente de Pfizer en América Latina.

Otro dato relevante del estudio es que la inmunización de adultos puede proporcionar beneficios socioeconómicos comparables a los logrados por los programas infantiles, desmontando así la idea de que la vacunación es exclusiva de los primeros años de vida.

Desinformación y acceso: desafíos persistentes

Pese a la contundente evidencia sobre los beneficios de la inmunización en adultos, la implementación de estos programas enfrenta barreras estructurales y culturales. Uno de los principales obstáculos es la desinformación. La OMS advierte que la circulación de noticias falsas o inexactas sobre las vacunas puede generar percepciones erróneas de riesgo, reduciendo las tasas de vacunación y dejando poblaciones enteras expuestas a enfermedades prevenibles.

En este contexto, se vuelve crucial fortalecer los programas de escucha social, educación sanitaria y comunicación comunitaria. “Informar correctamente es parte de la inmunización”, sostiene Villarreal, quien subraya la necesidad de integrar estas estrategias a los planes nacionales de vacunación.

Otro reto importante es la equidad en el acceso. Según los principios rectores del Plan de Acción Mundial sobre Vacunas de la OMS, garantizar inmunización en adultos requiere:

  • Implicación nacional: Liderazgo político para asegurar cobertura y calidad.
  • Responsabilidad compartida: Participación activa de la comunidad, sector privado y sociedad civil.
  • Integración: Sistemas de inmunización articulados con servicios de atención primaria.
  • Sostenibilidad: Financiamiento estable y decisiones basadas en evidencia.
  • Innovación: Mejora continua en tecnologías, cobertura y vigilancia.

Un llamado global a priorizar la inmunización de adultos

El llamado de Pfizer y de las organizaciones internacionales es claro: es hora de dejar de ver la vacunación como una herramienta exclusiva de la infancia. Invertir en programas de inmunización en adultos no solo protege vidas, sino que también optimiza recursos públicos, reduce la carga sobre los sistemas sanitarios y fortalece la resiliencia económica y social.

Desde su compromiso con la ciencia y la innovación, Pfizer reafirma que la vacunación es una de las intervenciones más costo-efectivas para mejorar la salud pública global. El desafío ahora es integrar este enfoque preventivo en las políticas de salud nacionales, regionales y locales, asegurando que todas las personas independientemente de su edad tengan acceso a vacunas seguras, efectivas y oportunas.

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