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¿La telemedicina es una herramienta limitada para reducir la estancia hospitalaria?

¿Telemedicina es una herramienta limitada para reducir la estancia hospitalaria?
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La telemedicina ha transformado radicalmente la prestación de servicios médicos en los últimos años, y su papel se hizo aún más fundamental durante la pandemia de COVID-19, garantizando la asistencia sanitaria en momentos críticos. Aunque su implementación ha demostrado ser eficaz en muchos contextos, todavía existen áreas en las que sus beneficios son objeto de debate. Este es el caso de su uso en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), donde la telemedicina busca ofrecer un soporte esencial ante la falta de especialistas en áreas alejadas de los grandes centros urbanos. Sin embargo, según un reciente estudio, su aplicación en estas unidades no parece reducir la duración de la estancia de los pacientes críticos.

Telemedicina en UCI

Las Unidades de Cuidados Intensivos enfrentan retos significativos, particularmente debido a la escasez de especialistas en cuidados críticos, como los médicos intensivistas, que supervisan la atención de los pacientes en estado grave. Para abordar esta carencia, se han propuesto intervenciones de telemedicina, conocidas como tele-UCI, donde un médico especialista puede monitorear y dirigir a distancia los cuidados intensivos en múltiples centros. Aunque este modelo presenta beneficios potenciales, su efectividad en términos de reducción de estancia hospitalaria y mejora en los resultados sigue siendo incierta.

Con el fin de obtener respuestas y datos concluyentes, el Hospital Israelita Albert Einstein de São Paulo, en colaboración con el Ministerio de Salud de Brasil y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), lideró el ensayo clínico TELESCOPE. Este estudio a gran escala buscaba analizar si la telemedicina aplicada en UCI lograba mejorar los resultados de los pacientes y reducir su permanencia en el hospital. Los hallazgos, publicados en la revista JAMA y presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Intensiva, revelaron que, en este contexto, no reduce la duración de la estancia en cuidados intensivos.

Metodología y resultados del estudio TELESCOPE

El ensayo clínico TELESCOPE fue uno de los más exhaustivos hasta la fecha, involucrando a más de 17.000 pacientes en 30 UCI de hospitales públicos de Brasil, y se extendió entre junio de 2019 y julio de 2021. Para evaluar el impacto de la telemedicina en los pacientes críticos, los investigadores dividieron las UCI en dos grupos. La mitad de las unidades continuaron con sus prácticas asistenciales habituales, mientras que la otra mitad implementó rondas diarias de telemedicina. Estas rondas incluían reuniones entre un intensivista remoto y el equipo local de la UCI para analizar diagnósticos, tratamientos y problemas emergentes.

Además, el especialista a distancia proporcionaba pautas de tratamiento actualizadas y celebraba sesiones mensuales para revisar los indicadores de calidad. Con estos esfuerzos, el estudio buscaba observar si la telemedicina añadida a la rutina de cuidados habituales generaba una diferencia tangible en los resultados de los pacientes.

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Sin embargo, los resultados mostraron que la estancia media de los pacientes fue prácticamente la misma en ambos grupos, con una duración aproximada de ocho días. No se observaron diferencias significativas en las tasas de infección o mortalidad intrahospitalaria entre las unidades con y sin telemedicina. Esto pone en cuestión la efectividad de este modelo específico de telemedicina en el contexto de cuidados intensivos.

Implicaciones y reflexiones sobre la telemedicina en cuidados críticos

Ante la falta de beneficios observados en la reducción de la estancia hospitalaria, los autores del estudio plantearon varias hipótesis. “La cuestión parece ser más compleja que ‘simplemente’ colocar a un médico intensivista a distancia para que se conecte a diario con los equipos de las unidades de cuidados intensivos. Por ejemplo, es posible que se pasen por alto cuestiones relacionadas con la atención multidisciplinar (prestada por enfermeras intensivistas, fisioterapeutas respiratorios/motores y farmacéuticos clínicos) y la gestión (proceso asistencial, flujo de pacientes, comunicación, etc.)”, señaló el Dr. Adriano Pereira, coautor principal del estudio y miembro del Hospital Israelita Albert Einstein.

Esta observación sugiere que la telemedicina en UCI no debe considerarse una solución “universal”. Al contrario, su implementación requiere un modelo de atención que incorpore una estructura multidisciplinaria y que asegure que las UCI cuenten con los recursos y el personal adecuados para aprovechar plenamente este tipo de intervención.

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Futuras investigaciones y modelos de telemedicina

Aunque los resultados del estudio no demuestran una reducción en la duración de la estancia en UCI mediante la telemedicina, los autores no descartan la posibilidad de que otros modelos de telemedicina puedan ser efectivos en otros contextos o entornos. Este ensayo clínico marca un hito al ser el primero en estudiar a gran escala el impacto de la telemedicina en el seguimiento de pacientes críticos, y abre la puerta a futuras investigaciones para encontrar modelos más eficientes de teleasistencia.

Las conclusiones del estudio también invitan a una reflexión sobre cómo optimizar su uso en distintos sectores. Los datos recogidos podrían ser útiles para explorar el papel de la telemedicina en áreas menos complejas o con otras necesidades específicas, así como en el contexto de otros problemas de salud en los que esta tecnología puede tener un impacto positivo en la atención de pacientes en zonas remotas.

Telemedicina en UCI, herramienta prometedora pero limitada

El estudio TELESCOPE demuestra que la telemedicina, aunque sigue siendo una herramienta valiosa en la atención de la salud, puede no ser la solución definitiva para todos los desafíos en las UCI. La implementación de un médico especialista a distancia en UCI no reduce, por sí misma, la duración de la estancia hospitalaria, lo cual sugiere que su efectividad depende de su integración en un modelo multidisciplinario y de la disponibilidad de recursos en el centro de atención.

A nivel internacional, este estudio marca un punto de partida importante, y es probable que inspire futuros ensayos para definir y perfeccionar modelos de telemedicina. Los especialistas en cuidados críticos y las instituciones de salud deberán considerar estos hallazgos al evaluar y diseñar programas de tele-UCI, adaptándolos a las realidades y limitaciones de cada contexto y buscando el máximo beneficio para los pacientes.

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