Casi el 90% de las personas que hacen uso de dispositivos electrónicos por más de tres horas seguidas al día padecen de “Síndrome Visual Informático”, una afección temporal que resulta de enfocar los ojos en una pantalla durante períodos prolongados, este síndrome genera síntomas como irritación, sequedad en los ojos, comezón y visión borrosa.
Un estudio del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España, establece que las personas que trabajan en oficinas ejecutan al día entre 12.000 y 35.000 movimientos de cabeza y ojos, sus pupilas reaccionan entre 5.000 y 17.000 ocasiones y teclean entre 25.000 y 30.000 veces.
En este sentido, el Consejo recomienda que si una persona utiliza dispositivos electrónicos de forma continúa se someta a una revisión ocular por un optometrista, para establecer medidas sanas de trabajo para tener un mejor rendimiento visual evitando la fatiga.
Otra sugerencia del consejo es seguir la regla 20-20-20 que consiste en cada 20 minutos dejar de mirar la pantalla del dispositivo y observar durante 20 segundos un objeto que se encuentre a 6 metros de distancia (20 pies). Adicionalmente, se debe parpadear con regularidad y aplicar gotas de ser necesario, si los ojos son sensibles evitar la calefacción y el aire acondicionado para evitar la sequedad ocular.
Así mismo, se recomienda cerrar los ojos con la ayuda de las manos sin hacer presión y realizar ejercicios oculares para conservar la salud visual. Recordemos, que para no afectar la vista es preciso que la distancia entre el monitor y la persona sea de 50 a 60 centímetros, y que preferiblemente este a la altura de los ojos, o ligeramente más bajo. El brillo debe ser bajo y preferiblemente mate para evitar reflejos, de ser posible manejar espacios en que el texto sea negro sobre fondo blanco.
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Salud visual en niños
La utilización excesiva por parte de los niños de celulares, portátiles o tablets puede provocar fatiga visual, irritación en los ojos, enrojecimiento ocular, ardor, sequedad, comezón, cefalea e inclusive cansancio. La realización de tareas a través de estos medios facilitó el aprendizaje de los niños sin embargo requiere una gran carga de atención visual.
Lo mismo pasa con los juegos de vídeo, ya que pese a que sirven para mejorar las habilidades visuales y cerebrales, no deben usarse por más de 15 minutos consecutivos sin descansos, tampoco es recomendable que los usen niños menores de 12 años ya que además de los problemas visuales que puede ocasionar, genera hábitos sedentarios.
Para los niños menores de 6 años el Consejo no recomienda películas ni juegos en 3D , ya que el proceso de asimilar tres dimensiones suponen que los ojos vean imágenes en dos lugares diferentes a la vez antes de que el cerebro las convierta en una sola, y antes de esa edad el proceso de integración binocular no está completamente desarrollado.
