Según el primer estudio realizado en el Caribe sobre los sistema de etiquetado de los paquetes y envases, las etiquetas octagonales de advertencia nutricional fueron las que más ayudaron a los consumidores tomar decisiones alimenticias más responsables. Lo resultados del análisis muestran que este tipo de advertencias son más fáciles de entender para los consumidores.
El estudio se centró en Jamaica, donde se estudiaron los hábitos de consumo de las persona de 9 municipios del país. Las etiquetas octagonales de advertencia son adheridas a un alimento o bebida e indican si tiene alto contenido de sodio, azúcar, sodio/sal, grasas, grasas saturadas y grasas trans.
Para llegar a la conclusión de eficacia de las etiquetas octagonales, se realizó un ensayo controlado aleatorio en el grupo anteriormente descrito, en el cual se compararon tres tipos diferentes de etiquetas que ayudan a los consumidores a identificar los productos. Cabe mencionar, que los participantes, que fueron entrevistados entre diciembre y febrero, tenían distintas edades, géneros y estatus socioeconómico y educativo.
“Este estudio demostró claramente que las etiquetas octogonales son las que mejor funcionan para ayudar a la gente a identificar y elegir alimentos más saludables. El estudio es vital, porque los alimentos y bebidas poco saludables están asociados a algunas de nuestras enfermedades y afecciones más mortales, como la hipertensión arterial, la diabetes y la obesidad” dijo el doctor Anselm Hennis, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS.
También puede leer: ¿Cómo enfrentará Colombia la era poscoronavirus?
Advertencias nutricionales
El tipo de advertencias que fueron estudiadas fueron: la lupa -MGG- el semáforo -TFL- y las advertencias octagonales -WRN-. Adicionalmente, la información nutricional de la parte delantera del envase -CRT- se utilizó como control, es decir, que las otras etiquetas se compararon con esta.
En el estudio, se mostró a cada grupo de participantes modelos de productos con una de las etiquetas de la parte delantera del envase y se les pidió que realizaran tres tareas para diferentes categorías de productos: seleccionar la opción que comprarían (también podían optar por no comprar ninguno de los productos); seleccionar la opción menos perjudicial; e identificar los nutrientes que había en exceso en los productos.
Para la primera tarea, los voluntarios a los que se les mostraba las advertencias octagonales tenían el doble de probabilidades de comprar el alimento menos nocivo en comparación con el etiquetado frontal, mientras que la lupa y el semáforo no ayudaron a distinguir los alimentos menos perjudiciales para la salud.
En el caso de la segunda tarea, , los participantes a los que se les mostraron productos con las etiquetas de advertencia octogonales tenían el doble de probabilidades (2,1 veces más) de identificar correctamente los productos menos perjudiciales con mayor frecuencia, en comparación con la información nutricional de la parte delantera. En contraste, a los participantes que se les mostró el producto con el etiquetado de la lupa sólo tenían un 60% más de probabilidades de identificar los productos menos perjudiciales. La ayuda de la etiqueta del semáforo para elegir el producto menos perjudicial fue casi nula.
Finalmente, en la tercera tarea, los participantes a los que se les mostraron productos con advertencias octogonales tenían nueve veces más probabilidades de identificar correctamente los que tenían un exceso de azúcares, grasas saturadas o sodio, en comparación con aquellos a los que se les mostraron productos con información nutricional al frente. Los participantes a los que se les mostraron productos con la lupa tenían 5,8 veces más probabilidades de identificar correctamente los productos con exceso de nutrientes, y los participantes a los que se les mostraron productos con el semáforo tenían 3,4 veces más probabilidades de hacerlo.
