La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hicieron un llamado contundente a los países de la región para priorizar la inversión en salud en la agenda pública durante el período pospandemia. La salud no puede ser relegada a un segundo plano, especialmente después de los desafíos que trajo la pandemia de COVID-19. La inversión en salud es clave para garantizar el derecho fundamental a la salud, reducir desigualdades y avanzar hacia el desarrollo social inclusivo en América Latina y el Caribe.
En su nuevo reporte conjunto titulado “La urgencia de invertir en los sistemas de salud en América Latina y el Caribe para reducir la desigualdad y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, ambas instituciones subrayan que las desigualdades en el acceso a la salud, las brechas en la calidad de la atención y los elevados gastos de bolsillo amenazan seriamente la posibilidad de cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Estas desigualdades se han visto exacerbadas por la crisis del desarrollo que enfrenta la región, lo que exige una respuesta firme e inmediata.
Las desigualdades en el acceso a la salud son un obstáculo al desarrollo
El reporte de la CEPAL y la OPS destaca que la pandemia de COVID-19 expuso las debilidades crónicas de los sistemas de salud en América Latina y el Caribe. Entre 2000 y 2014, el gasto público en salud en la región aumentó un 25%. Sin embargo, en 2021 este gasto promedio fue de apenas un 4,5% del PIB, muy por debajo del objetivo del 6% del PIB recomendado por la OPS/OMS. Además, solo el 61% del gasto total en salud proviene del sector público, lo que resalta la gran dependencia en el gasto privado y de bolsillo, el cual sigue siendo el principal componente del gasto en salud en muchos países.
Según el informe, en 2021 los hogares de la región tuvieron que cubrir, en promedio, más del 28% del gasto total en salud con pagos directos de bolsillo, y en 11 países, el gasto de bolsillo fue superior al 35%. Estos altos costos generan una situación de vulnerabilidad para la población, ya que pueden traducirse en gastos catastróficos que empobrecen a las familias, perpetuando las desigualdades en acceso y calidad de atención.
La desigualdad en el acceso a servicios de salud también se refleja en indicadores clave como la mortalidad materna y la mortalidad infantil. El quintil de menores ingresos de la población presenta una mortalidad materna equivalente a más de siete veces la del quintil de mayores ingresos. Asimismo, la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años es 4,5 veces mayor en el grupo de menores ingresos en comparación con el grupo de mayores ingresos.
Necesidad para la equidad y la sostenibilidad
“Hoy, América Latina y el Caribe se enfrenta a una crisis del desarrollo, sometida a tres trampas: baja capacidad para crecer, elevada desigualdad y baja movilidad social, y gobernanza poco efectiva”, afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, durante la presentación del informe. “En el ámbito sanitario, persisten problemas de subfinanciamiento crónico, fragmentación y segmentación de los sistemas de salud.”
Para superar estas barreras, la CEPAL y la OPS subrayan la necesidad de que los países inviertan no solo en infraestructuras como hospitales y centros de salud, sino también en recursos humanos, medicamentos, tecnologías de salud y mecanismos de financiamiento sostenibles que garanticen una atención oportuna y de calidad. Jarbas Barbosa, Director de la OPS, enfatizó que “los países deben invertir más y mejor para superar las barreras al acceso a la atención y garantizar el derecho a la salud y la salud universal. La pandemia nos ha enseñado que necesitamos sistemas de salud más fuertes y resilientes, y solo lo lograremos si invertimos en ello”.
Las últimas proyecciones de la CEPAL indican que solo un 22% de las metas de los ODS se alcanzarán en 2030, mientras que un 46% de ellas requiere mayor velocidad para ser cumplidas a tiempo y un 32% no lograría realizarse. El retroceso en el cumplimiento de los ODS debido a la pandemia y las crisis en cascada se manifiesta en indicadores clave de salud, como la cobertura de inmunización y la mortalidad por enfermedades prevenibles.
Atención primaria de salud es un pilar fundamental para reducir la desigualdad
Las entidades destacan la importancia de la atención primaria de salud como estrategia clave para reducir las desigualdades y fortalecer los sistemas de salud. Un enfoque integral que combine servicios integrados, funciones esenciales de salud pública, acción multisectorial y participación social permite abordar los determinantes sociales de la salud y garantizar la cobertura universal.
La atención primaria se presenta como una solución fundamental para transformar los sistemas de salud en la región, al tiempo que contribuye a la cohesión social y al bienestar de las comunidades más vulnerables. Consolidar sistemas de salud universales, integrales, sostenibles y resilientes que brinden atención de calidad, independientemente de la capacidad de pago, es esencial para avanzar hacia un desarrollo inclusivo y sostenible.