El aumento en los casos de cáncer requiere acciones inmediatas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre las nefastas consecuencias que la enfermedad sobre los sistemas sanitarios, en términos de costos y de la falta de acceso a terapias avanzadas en países de medianos y bajos ingresos.
Una de las principales instrucciones de las autoridades globales, así como de expertos en la materia es la prevención y la detección oportuna de casos. De esta manera, las naciones pueden adoptar medidas centradas en la población, detectando a los individuos en riesgo o implementando mecanismos de monitoreo permanente en los diagnósticos confirmados.
En relación con lo anterior, un artículo publicado en JAMA Oncology presenta los resultados de un análisis global sobre la carga atribuible al cáncer de labio y cavidad oral (COL) y otros cánceres de faringe (OPC) para 204 países y territorios. Para ello, los investigadores tomaron las estimaciones del Estudio de la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD) de 2019, así como el Índice Sociodemográfico (IDS).
Según se explica en el informe, se trataría del primer análisis que aborda estos tipos de cáncer en el que se evalúan los factores de riesgo atribuibles.
En 2019, se registraron 370.000 fallecimientos asociados al cáncer de labio y cavidad oral. Para los cánceres orofaríngeos, el número ascendió a 114.000. Además, entre 1990 y 2019, as regiones con un Índice de Desarrollo Humano (IDE) medio-bajo y bajo mantuvieron consistentemente las tasas de mortalidad estandarizadas por edad más elevadas debido a LOC y OPC.
En contraste, en los países de altos ingresos, las tasas de incidencia estandarizadas por edad se redujeron para LOC y aumentaron para OPC. Como factores relacionados a la aparición se encuentran el tabaquismo y el consumo de alcohol: el tabaquismo contribuyó con el 55% de muertes por OPC en la población masculina; también se asoció al Virus del Papiloma Humano (VPH).
¿Cuál ha sido la carga global del cáncer de cavidad oral y el cáncer orofaríngeo?
Entre 1990 y 2019, las regiones con un Índice de Desarrollo Humano (IDE) elevado exhibieron una tendencia decreciente en las Tasas de Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD), las Tasas de Mortalidad Ajustadas por Edad (ASMR) y las Tasas de Incidencia Ajustadas por Edad (ASIR) en el cáncer oral.
Por otro lado, las regiones con un IDE medio-bajo y bajo mantuvieron consistentemente las ASMR más elevadas debido a las enfermedades de las vías respiratorias superiores.
- Las superregiones de Asia meridional y de ingresos altos tuvieron la tasa de incidencia ajustada por edad más elevada.
- La segunda tasa de mortalidad ajustada por edad se registró en Europa Oriental y Asia Central (4,2 [95 % UI, 3,8-4,6] por 100 000).
Con respecto al cáncer orofaríngeo, el análisis publicado en JAMA Oncology muestra que, la tasa de incidencia fue de 3,2 por 100.000 habitantes. En el periodo revisado, se estimó que 114.000 personas murieron por esta causa, lo que se traduce en una tasa de mortalidad global de 2,2 por 100.habitantes. Sin embargo, en la categoría otros cánceres de faringe, éstos se relacionaron con 3,23 millones de años de vida ajustados por discapacidad.
- En 2019, el sur de Asia tuvo los ASIR y ASMR más altos para este tipo de cáncer: 7,7 casos nuevos por 100.000 habitantes y 7,4 fallecimientos por cada 100.000 personas.
- La tasa de incidencia del cáncer orofaríngeo fue superior en las regiones con IDE medio-bajo y alto: 5,3 casos nuevos por 100.000 habitantes en los países de medianos ingresos y 4,4 casos nuevos por 100.000 habitantes en los países más empobrecidos.
“Los resultados actuales sugieren que existen desigualdades en la carga de LOC y OPC en todo el mundo, lo que debe considerarse en las iniciativas de planificación e implementación de salud bucal“, señalan los investigadores en su artículo.
Ante los actores de exposición y riesgo, resulta evidente que hay una necesidad no cubierta en salud pública que promueva el
Se necesitan con urgencia estrategias de salud pública para controlar la exposición a los principales factores de riesgo y promover el acceso al diagnóstico y tratamiento tempranos en las regiones de ingresos bajos y medianos bajos, dadas las tasas de mortalidad más altas en los países con un IDE más bajo.
