A pesar de que se cree que la tecnología de ARNm o ARN mensajero se creó con la aparición del Covid19, esta lleva años siendo desarrollada y perfeccionada por diferentes compañías farmacéuticas y biotecnológicas en el mundo. Sin embargo, la pandemia si fue un impulsor para que empresas como Moderna y BioNTech saltarán al escenario con la aprobación de sus vacunas para el Covid-19. Gracias al ARNm estas dos compañías tendrían ingresos por más de $40 mil millones de dólares en 2021 y 2021.
Viendo el éxito de esta tecnología al menos 12 compañías más están trabajando en vacunas y tratamientos basados en ARNm para enfermedades que van desde la gripe hasta la fibrosis quística. Inclusive las compañías que no producen la tecnología de forma directa han empezado a comprar pequeñas biotecnológicas o han hecho acuerdos de licencia.
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No obstante, esta tecnología está lejos de ser perfecta y tiene algunas limitaciones en cuanto a fabricación, almacenamiento y dosificación que deberán estudiarse después de que pase la coyuntura de la pandemia. Así mismo, cuando esta desaparezca también caerá las cifras por venta de vacunas, por lo que previendo este escenario las compañías están buscando implementar el ARNm al área de la oncologías, las patologías autoinmunes y las de origen respiratorio.
De hecho Moderna y BioNTech ya comenzaron con sus desarrollos, la primera ya cuenta con un programa de creación vacunas profilácticas, personalizadas contra el cáncer y un tratamiento para la isquemia miocárdica. Mientras tanto, BioNTech tiene docenas de activos en desarrollo para una serie de afecciones comunes: malaria, tuberculosis e incluso ciertas alergias, pero la compañía tiene su foco en la oncología, área en la que tiene un tratamiento en fase II de pruebas clínicas para tratar el melanoma.
Compañías tras el desarrollo de tecnologías con ARMm
Otras compañías que no han incursionado en el ARNm empiezan destapar sus cartas, por ejemplo Pfizer socio de BioNTech espera formar futuras alianzas con la biotecnológica para crear nuevos tratamientos. La francesa Sanofi no se queda atrás y está tratando de asegurar la adquisición de Translate Bio por $ 3.2 mil millones para obtener la investigación de ARNm centrada en el hígado y los pulmones de la biotecnología.
Del mismo modo, GlaxoSmithKline también está trabajando en una vacuna de ARNm COVID-19 con CureVac y tiene una profilaxis de la rabia en etapa temprana listada en su cartera. Por su lado, CureVac es el jugador que viene de atrás en la carrera de las vacunas con dos en desarrollo, pero ha tenido problemas en el desarrollo clínico ya que el pasado mes julio, la biotecnología informó que solo el 50% de eficacia para una vacuna candidata COVID-19.
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Pese a ser la tecnología de la que todos hablan tiene problemas que fueron anteriormente anunciados, y además científicos adscritos a la revista científica Nature también señalan que la duración de la respuesta de los anticuerpos aún se desconoce por lo que se necesita más investigación para ver por cuánto tiempo el cuerpo podrá permanecer seguro frente virus como el SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19.
A esto se suman las variantes virales que aunque en este momento, las vacunas parecen seguir brindando protección a los científicos les preocupa que la siguiente variante pueda omitir el pico de proteína del virus al que se adhieren estas vacunas. Es decir, algo similar a lo que sucede con el VIH, que ha mutado tan rápido que los investigadores no han logrado desarrollar una vacuna durante décadas. También las vacunas contra la influenza también deben recalibrarse cada año para detectar las cepas más nuevas.