Por: Francisco Vélez, director general de Siemens Healthineers Colombia, Perú y Ecuador.
Es clave reconocer el acceso a la tecnología médica y asistencia sanitaria en zonas remotas como uno de los retos más importantes en términos de salud a nivel nacional. Es aquí donde territorios como La Guajira con más de 900.000 habitantes nos plantean un reto significativo: reflexionar sobre los desafíos y las vías de acción con el objetivo de proporcionar una mejor calidad de vida a estas comunidades vulnerables.
La diversidad cultural de La Guajira es tan valiosa que merece ser atendida y preservada. Por esto, la salud, como un derecho fundamental, debe ser accesible y de calidad para todos, incluyendo las mujeres. Según las tasas registradas, Colombia mostró una tasa de mortalidad materna de 49,2 en el 2022; y en este territorio prevalecen 119,2 muertes maternas por cada cien mil nacidos1 . Estas cifras, evidencian la necesidad de atención y del desarrollo de estrategias para abordar esta problemática.
Para lograr el acceso, y el cuidado de las poblaciones vulnerables no solo en Colombia sino en el mundo, es necesario, en primera instancia, ampliar la prestación y la capacidad de los servicios. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 50 % de la población mundial aún carece de acceso a los servicios, mientras que según la Revista Nature el 43 % de los pacientes necesitan destinar más de una hora para acceder a un centro de salud. De allí que sea necesario acercar alternativas de atención que prioricen la aceptabilidad, disponibilidad y asequibilidad, y por ende, garanticen atender a las comunidades desatendidas.
De allí que es necesario reducir sistemáticamente los gastos con costos predecibles y los riesgos financieros. Para llegar a este escenario ideal, es necesario en primer lugar, reforzar la prevención de enfermedades como un mecanismo que permite reducir costos, principalmente hospitalarios y de tratamientos. Debemos trabajar articuladamente con distintas instituciones, buscando cómo podemos optimizar la prevención, dado que los costos en salud, están mayormente concentrados en el cuidado y el tratamiento. En estas etapas, se invierten recursos significativos, y con prevención se podría aumentar considerablemente la productividad, mientras en paralelo, se disminuyen los costos.
Así mismo, es clave proporcionar una experiencia de alta calidad a los pacientes, con servicios y tecnología sanitaria pertinente. Con la tecnología en salud, entre otros beneficios, se ahorra tiempo en la toma de los exámenes, y muestras que permiten detectar enfermedades prevalentes en sus primeras etapas. De esta manera se pueden tomar mejores decisiones durante el tratamiento. La tecnología también garantiza las terapias mínimamente invasivas, y más inteligentes, lo que le permite obtener mejores resultados para los pacientes.
El acceso, en términos de salud, es un derecho, y la base de una sociedad vital, que a su vez, fortalece el desarrollo sostenible. Permitir la detección temprana de enfermedades, aumenta las posibilidades de un tratamiento efectivo y un diagnóstico precoz para abordar las distintas condiciones médicas a menor tiempo y prevenir aumentar las cifras de mortalidad. No hay dudas de que estas condiciones permite a todos los seres humanos mantener una buena calidad de vida y bienestar, promoviendo la equidad a la salud para todos y todas, en todas partes.
Partiendo de este escenario, debemos multiplicar nuestros esfuerzos para fortalecer las redes, e integrar diversos actores, quienes, desde distintos puntos, podamos proveer tecnologías de punta que nos permitan ser prestadores de salud, abordando desde una manera efectiva y eficiente servicios de salud integrales. Aquí todos importan, cada persona representa una vida, familia y comunidad que tiene oportunidades de bienestar, y desde el empresariado debemos estar abiertos a aportar en que esto sea posible para que esto sea una realidad.