CONSULTORSALUD lo invita a descargar al final de este artículo el análisis sobre el tabaco, la magnitud de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, sistemas electrónicos de administración de nicotina que hemos recopilado en este informe.
19.000 personas fallecen cada día a causa del tabaco
El tabaco mata cada año a más de 7 millones de personas, lo cual significa que, cada día, 19.000 personas fallecen como consecuencia del consumo de tabaco o de la exposición al humo ajeno. La mayoría de las defunciones relacionadas con el tabaco se registran en países de ingresos bajos y medianos, donde la población está sujeta a las intensivas tácticas mercadotécnicas de la industria tabacalera.
Pero el tabaco también puede ser mortífero para los no fumadores: el humo ajeno produce cardiopatías, cáncer y otras enfermedades, y es la causa de cerca de 89.0000 muertes prematuras cada año.
La magnitud de los estragos que el tabaco causa en la salud de las personas es sorprendente, pero esas muertes se pueden prevenir. La industria tabacalera sigue fomentando vigorosamente el consumo de tabaco y hace todo lo posible por ocultar los peligros que acarrean sus productos.
Mortalidad por enfermedades cardiovasculares
Una de cada tres defunciones es consecuencia de enfermedades cardiovasculares (ECV), a pesar de la disponibilidad de tratamientos eficaces, económicos y seguros. De hecho, las ECV son la principal causa mundial de muerte, y cobran la vida de cerca de 18 millones de personas cada año, el 80% de ellas en países de ingresos bajos y medianos.
El consumo de tabaco y la exposición al humo ajeno están entre las grandes causas de ECV, y contribuyen a aproximadamente un 17% de las muertes mundiales por ECV, es decir, unos 3 millones de defunciones al año.
El riesgo cardiovascular aumenta con la cantidad de tabaco fumado y los años de consumo. No obstante, aunque hay una clara relación entre la cantidad de tabaco fumado por día y el riesgo cardiovascular, esta relación no es lineal. El riesgo aumenta considerablemente incluso con una baja exposición al humo de tabaco, como ocurre con la exposición al humo ajeno. De hecho, fumar solamente un cigarrillo al día conlleva la mitad del riesgo de cardiopatía coronaria y accidente vascular cerebral (AVC) que fumar 20 cigarrillos al día.
Exposición al humo ajeno
La exposición al humo ajeno puede causar cardiopatía coronaria en el adulto y aumentar el riesgo en alrededor de un 25 a 30%. Las ECV son, con mucho, la principal causa de muerte asociada a la exposición al humo ajeno. Cerca del 55% de las 890.000 defunciones de adultos que se producen cada año en el mundo por exposición al humo ajeno son atribuibles a la cardiopatía isquémica.
¿cómo afecta el tabaco al corazón?
El humo de tabaco contiene más de 7.000 sustancias químicas y está formado por dos fases: una fase de partículas y una fase gaseosa. La primera contiene nicotina, una sustancia muy adictiva que aumenta la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y la contractilidad del miocardio, y alquitrán del tabaco que, combinados, contribuyen a las cardiopatías a través de los siguientes mecanismos: inflamación, alteración del endotelio capilar, aumento de la coagulabilidad y reducción del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad. La fase gaseosa contiene, entre otros, monóxido de carbono, un gas venenoso que sustituye al oxígeno en la sangre, reduciendo su uso disponible para el músculo cardíaco y otros tejidos del organismo.
Estos efectos fisiopatológicos del tabaco predisponen a los consumidores activos de tabaco y a los fumadores pasivos a la aterosclerosis (estrechamiento de las arterias), que puede causar distintos tipos de ECV, como cardiopatía isquémica, AVC, arteriopatías periféricas y aneurismas aórticos.
Mecanismos fisiopatológicos del consumo de tabaco que causan enfermedades cardiovasculares
Tabaco sin humo
Todos los productos de tabaco son intrínsecamente nocivos, incluidos los que no producen humo, que contienen más de 2.000 sustancias químicas, entre ellas la nicotina y metales pesados, como el cadmio, aditivos, como el regaliz o las cenizas de la quema del hongo Phellinus igniarius («punk ash»), que son dañinos para el sistema cardiovascular. Los productos de tabaco sin humo también pueden causar cardiopatías porque elevan de forma aguda la tensión arterial y producen hipertensión crónica. En revisiones de otros estudios se ha comprobado que existe una relación entre el consumo de tabaco sin humo y la muerte por infarto de miocardio y AVC.
Sistemas electrónicos de administración de nicotina
Los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN), también llamados cigarrillos electrónicos, bolígrafos vaporizadores, puros electrónicos o aparatos vaporizadores, son dispositivos de pilas que calientan una solución que genera un aerosol con nicotina y líquidos aromatizados que son inhalado por el usuario. También emiten varias sustancias químicas potencialmente nocivas y tóxicas perjudiciales para la salud que producen varios cambios patológicos importantes. La mezcla también contiene nicotina, que puede tener efectos perniciosos para el embarazo y contribuir a las ECV.
El sistema cardiovascular es muy sensible a la nicotina y a las sustancias químicas que emiten estos dispositivos, y el organismo sufre los efectos directos de los SEAN (estrechamiento de las arterias y aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, entre otros). La inhalación de los vapores aumenta el riesgo de ECV incluso en los no usuarios, entre ellos los niños y los jóvenes. Los datos indican que, en general, los SEAN contienen menos sustancias nocivas que el humo del cigarrillo. Sin embargo, es de esperar que el uso crónico de los SEAN incremente el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de pulmón y, posiblemente, ECV, así como otras enfermedades asociadas al hábito de fumar. Todavía no se sabe si los SEAN conllevan menos riesgo cardiovascular que los cigarrillos.
El tabaco es perjudicial para el corazón
Aunque la mayoría de las personas saben que el tabaco aumenta el riesgo de cáncer, muchas desconocen el riesgo de padecer ECV que conlleva su consumo y, en muchos países, este desconocimiento es considerable.
De acuerdo con el informe mundial de la OMS sobre las tendencias en la prevalencia del consumo de tabaco 2000-2025, hoy hay 1.100 millones de fumadores adultos en el mundo y al menos 367 millones de fumadores pasivos. El número apenas ha cambiado en este siglo incluso con la bajada en las tasas de consumo. Esto se debe al crecimiento de la población.
Buena parte de esos fumadores para ser exactos, un 80% se encuentran en países de renta media y baja, como Colombia. La prevalencia del tabaquismo está disminuyendo más lentamente en estos territorios que en los de altos ingresos. Y, por si fuera poco, el número de fumadores está aumentando en los países de bajos ingresos.
En nuestro país, por ejemplo, en 2000 fumaba el 19,6% de la población, mientras que, para 2015, lo hacían el 9,4% de las personas. Si bien es una reducción significativa, no tenemos datos clave como cuál es la frecuencia con la que fuman esas personas o quiénes consumen cigarrillo o tabaco. Sin ese tipo de datos, diseñar políticas públicas efectivas se complica.
Aun así, América es el continente en el que, por lo menos en los 20 países con datos suficientes, cumplirá las metas de la OMS de reducir en un 30% su tasa de consumidores de tabaco para 2025. En Europa, ese número alcanza apenas a seis países y en África y el Sudeste asiático, apenas un país de los que tenían datos disponibles, cumplirían esa meta.
Esto tiene efectos reales sobre la salud cardíaca de los habitantes de esos estados, pues este tipo de patologías pueden presentarse tanto en fumadores activos como pasivos.
Beneficios del abandono del consumo de tabaco
- A los 20 minutos disminuyen la frecuencia cardiaca y la tensión arterial.
- A las 12 horas se normalizan las concentraciones sanguíneas de monóxido de carbono.
- Entre las semanas 2 y 12 mejora la circulación sanguínea y aumenta la función respiratoria.
- A las 6 semanas de dejar el tabaco sin humo se han curado el 97% de las lesiones leucoplásicas.
- A los 1-9 meses de dejar de fumar disminuyen la tos y las dificultades para respirar.
- Al año de dejar de fumar el riesgo de cardiopatía coronaria disminuye en aproximadamente un 50%, en comparación con el de los fumadores.
- A los 1-4 años de dejar el tabaco sin humo el riesgo de muerte se reduce casi a la mitad, en comparación con el de quienes lo siguen consumiendo.
- A los 5-15 años de dejar de fumar el riesgo de AVC es equivalente al de un no fumador.
- A los 10 años de dejar de fumar el riesgo de cáncer de pulmón es alrededor de la mitad del de un fumador, y también se reducen los riesgos de cáncer de la boca, garganta, esófago, vejiga, cuello uterino y páncreas.
- A los 15 años de dejar de fumar el riesgo de cardiopatía coronaria es el mismo que el de una persona que nunca ha fumado.
Costo mundial del hábito de fumar
Se calcula que el costo económico mundial del hábito de fumar es de más de US$1,4 billones al año: US$ 400 000 millones en costos directos de la atención médica y US$ 1 billón en costos indirectos por la pérdida de productividad como consecuencia de las muertes prematuras y la exposición al humo ajeno. Las intervenciones para dejar el consumo de tabaco son rentables para prevenir el riesgo de ECV y lograr ahorros significativos en gastos de atención médica a corto y largo plazo. En un estudio del costo económico del hábito de fumar se estimó que el costo de ayudar a un fumador a dejar de fumar (unos US$ 1000 a US$ 1500) queda compensado por el ahorro a corto plazo que suponen los infartos de miocardio y los AVC evitados.
Descargue: Informe sobre el tabaco y el impacto en la salud