La vacuna desarrollada por la Británica AstraZeneca en articulación con la Universidad de Oxford disminuiría en más del 60% la transmisión del coronavirus. Los datos corresponden a un estudio de ambas instituciones, aunque no ha sido validada por investigadores independientes.
Pero el análisis no solo sugiere la reducción significativa de la capacidad de contagio, sino que evidencia la posibilidad de administrar la segunda dosis de la vacuna hasta tres meses después de la primera dosis sin afectar la eficacia de la inmunización que se mantuvo estable durante este intervalo de tiempo.
Durante esta misma semana, varios países de la Unión Europea han anunciado que no se aplicará la vacuna de esta compañía a personas mayores de 65 años debido a la carencia de datos sobre eficacia y seguridad en este grupo de edad. En respuesta, el equipo de investigación de Oxford publicó los últimos resultados de sus actuales estudios añadiendo la información de un mes más, y detalla los nuevos datos observados con el paso del tiempo.
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Reducción de la transmisión
Con base en el seguimiento semanal a los voluntarios que participaron en el ensayo clínico de Reino Unido se observó que el potencial de transmisión del contagio se redujo en al menos 67% después de la administración de la primera dosis. Sin embargo, esta clase de estudios no están diseñados para determinar el impacto de la vacuna en la transmisión del virus. Pero el control a los voluntarios logró estimarla.
Es preciso mencionar, que una vacuna eficaz debe mitigar la gravedad de la infección o hacerla asintomática, pero no debe alterar la proporción de pruebas PCR positivas, no obstante, el equipo evidenció que con la repetición semanal las pruebas PCR positivas disminuían hasta en un 67% después de la primera dosis, y en 50% tras la segunda dosis.
Andrew Pollard, el científico al mando del estudio de la vacuna en la Universidad de Oxford, aseguró que “no hemos medido de un modo específico la transmisión, porque esto requiere un tipo de estudio diferente. Lo que tenemos es un estudio que nos muestra el número de personas que ya no están infectadas. Y si no lo están, la presunción lógica es que ya no pueden transmitir el virus”.
AstraZeneca/Oxford en The Lancet
Los resultados del estudio están siendo actualmente revisados por la revista científica The Lancet pero se están enfocando especialmente en el impacto del intervalo entre una dosis y la otra, debido a que en un principio la misma compañía recomendó espaciar la administración de las dosis en tres semanas, ya que era un periodo apropiado para que se activaran las defensas del sistema inmune.
Sin embargo, por políticas de salud pública y algunos estudios preliminares se decidió espaciar la segunda dosis más allá de 21 días. Pese a esto, la decisión es arriesgada ya que el virus tiene la posibilidad de mutar en este tiempo si encuentra puntos débiles en el sistema inmune.
De otro lado, el concepto de la Organización Mundial de la Salud es no dejar pasar más de seis semanas para la aplicación de la segunda dosis de ninguna vacuna.
Pero, los resultados de AstraZeneca muestran que la eficacia del medicamento mejora con el tiempo aumentando desde un 54,9% cuando el intervalo entre la primera dosis y la segunda es menor a seis semanas hasta el 82,4% cuando se espacian 12 semanas. Este tiempo de espera demostró que la protección permanece en 76% hasta tres meses después de los que solo fueron vacunados una vez, bajando su nivel de eficacia solo en un 6% frente a los de doble dosis.
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