Desde hace más de tres décadas que el modelo de salud mental en México requería un cambio urgente; esta necesidad se hizo más evidente con la llegada de la pandemia, ya que el consumo de sustancias y la depresión crecieron a niveles nunca antes vistos en el país.
Con esta premisa en mente el gobierno del país buscó mejorar la cobertura, con el fin de que más pacientes pudieran acceder a servicios de salud mental de calidad. Sin embargo, la noticia de eliminar la figura de hospitales psiquiátricos para muchos fue una medida desacertada que no está en línea con el objetivo.
Cabe mencionar, que los hospitales no se eliminarán de la noche a la mañana sino que se iniciará un proceso para reconvertir los 35 hospitales psiquiátricos del país en centros especializados en salud mental donde no habrán internaciones. Lo que se busca específicamente es migrar hacia un modelo comunitario centrado en el primer y segundo nivel de atención, que asegure que los pacientes puedan atenderse en hospitales generales que cuenten con atención en salud mental.
Es decir, que los hospitales generales y los nuevos centros especializados en salud mental se repartirán las atenciones, para ello se iniciaron recientemente capacitaciones para el talento humano que lo requiera.
Según el gobierno de México la práctica de la hospitalización por motivos de salud mental, es una acción que no debe ser generalizada, sino en casos muy específicos y por un corto tiempo (como es tendencia en el mundo). Además en algunos hospitales psiquiátricos se evidenciaron prácticas que atentaban contra los derechos humanos.
En este sentido, el Dr. Juan Manuel Quijada Gaytán, director general de los Servicios de Atención Psiquiátrica -SAP- explicó para un medio local, que la idea con el nuevo modelo es que la atención baje a nivel comunitario donde los pacientes no sean sometidos y sus familias puedan decidir y tener voluntad anticipada: migrar de un sistema de asilo a otro donde tenga lugar primordial el respeto a los derechos humanos, tal como lo recomienda la OMS desde hace dos décadas, y de hecho la OPS avala y acompaña este proceso de México previendo convertirlo en modelo para las Américas.
Grandes cambios para la salud mental
El transito hacia el nuevo modelo articula los esfuerzos de: los Servicios de Atención Psiquiátrica, la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) y el Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental (STConsame), de hecho la reforma a la Ley General de Salud ya puso en firme el cambio de modelo. Sin embargo, el problema real radica en que el gobierno no destinó más presupuesto a la salud mental, a sabiendas de que el cambio de modelo estaba próximo a llegar.
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Los datos muestran que del presupuesto general para salud, solo se invierte el 2% en salud mental, mientras que las recomendaciones internacionales sugieren que se invierta al menos el 5% o 10%. De acuerdo con CIEP, en 2021 ese 2% equivalió a $3.031 millones de pesos y lo absorbieron casi por completo los hospitales psiquiátricos.
El Dr Quijada detalló que los 340 centros de atención primaria a las adicciones que hay en todo el país se convertirán en centros comunitarios de salud mental y adicciones (Cecosamas). Actualmente el país cuenta con solo 15 hospitales generales con servicios de psiquiatría y de los 35 hospitales psiquiátricos, tres son operados por la Federación: el Fray Bernardino, el Juan N. Navarro y el Hospital Samuel Ramirez Moreno. Esto quiere decir que los 32 hospitales restantes son operados según el modelo adaptado por cada estado, lo que seguramente provocará discrepancia ya que el gobierno pretender integrar todo el sistema bajo el modelo comunitario que se opere desde el centro.
Mientras se hace la migración al modelo este año, es necesario que en el 2023 se aumente el presupuesto para salud mental, ya que aún no se ha iniciado el proceso de manera oficial, pese a que ya se publicó la reforma en el diario oficial.
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Los cambios se harán así: en el corto plazo se reforzará el primer nivel con la reconversión de centros antiadicciones y la capacitación de más de 30,000 profesionales con apoyo de la OPS. En el mediano plazo el objetivo es que todos los hospitales generales ofrezcan atención de salud mental y adicciones. Y en el largo plazo estará la reconformación de los hospitales psiquiátricos para que sirvan como centros de alta especialidad cuando el paciente no respondió a todos los recursos previos de primer y segundo nivel.
