El presidente Gustavo Petro oficializó el ajuste del salario mínimo para 2025 mediante decreto, tras no lograrse un acuerdo en las reuniones sostenidas entre empresarios y sindicatos. Este mecanismo de decisión se utilizó también el año anterior, evidenciando las dificultades persistentes para alcanzar consensos en materia laboral.
El decreto repite la fórmula del año anterior, marcando una tendencia en la toma de decisiones unilaterales sobre el salario mínimo. La medida, no obstante, refleja el compromiso del Ejecutivo con el aumento del poder adquisitivo de los trabajadores en un contexto económico desafiante. Y pese a que el anuncio se hace en medio de las festividades decembrinas, no está lejos de controversias: mientras algunos aplauden el incremento como una respuesta a las necesidades de los trabajadores, otros critican la falta de consenso, lo que podría afectar la confianza entre los actores sociales.
¿Cómo quedó el salario mínimo 2025 con el anuncio del presidente Petro?
El incremento del salario mínimo para 2025 será del 9.54 %, según lo anunciado por el presidente Gustavo Petro. Este ajuste eleva el salario básico de $1.300.000 a $1.423.500, mientras que el auxilio de transporte se mantiene en $200.000, llevando el ingreso total a $1.623.500.
Mis anuncios desde el barrio Bolívar 83 en su novena. Agradezco al pueblo zipaquireño que me haya recibido en todas las calles de mi recorrido. pic.twitter.com/sCAefSl5mY
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 24, 2024
Este ajuste no solo beneficia a más de dos millones de empleados activos, sino que también influye en la economía del país al servir como base para establecer precios, tarifas y regulaciones. No en vano, el salario mínimo actúa como un indicador clave para medir y ajustar diferentes aspectos del mercado nacional.
A partir del 1 de enero de 2025 comenzará a regir el nuevo salario mínimo decretado por el Gobierno Nacional. La ley colombiana estipula que todos los trabajadores que devenguen esta remuneración básica tienen derecho al ajuste inmediato en sus sueldos. Es relevante señalar que el salario integral, aunque incluye prestaciones sociales como primas y cesantías, no cubre derechos laborales fundamentales como el pago de vacaciones o la indemnización por despido sin justa causa. Este esquema es exclusivo para trabajadores que perciben ingresos superiores a 13 veces el salario mínimo mensual, incluyendo un componente prestacional del 30 %.
Al establecer contratos con salario integral, tanto empleadores como empleados deben tener claridad sobre las condiciones específicas que aplica esta modalidad. Esto asegura transparencia en los acuerdos y evita posibles conflictos derivados de la interpretación del contrato.