Parkinson y retraso del deterioro funcional – Evaluacion economica del tratamiento – alcance

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La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer. Es una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva, cuyas características fundamentales son la aparición de alteraciones motoras y no motoras como el temblor en reposo, la bradicinesia, la rigidez y la inestabilidad postural, así como alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.

CAUSAS DEL PARKINSON

Los síntomas anteriores se producen por la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia nigra pars compacta. Su padecimiento puede estar asociado a factores genéticos y ambientales que llevan a estrés oxidativo y la consecuente producción de radicales libres, lesión mitocondrial y cambios en las proteínas que tienen un rol central en la patogénesis, aunque los mecanismos exactos no han sido dilucidados.

EPIDEMIOLOGIA DEL PARKINSON

Usualmente la EP se presenta en personas de edad avanzada, sin embargo se puede manifestar de manera temprana antes de los 50 años, estos casos son relacionados comúnmente a mutaciones genéticas y a toxinas ambientales. Aproximadamente 7 a 10 millones de personas en el mundo son afectadas por EP y la prevalencia en países industrializados se estima en 0,3% del total de la población y cerca del 1% en personas mayores de 60 años, mientras que en Colombia se ha reportado una prevalencia del 4,7 por cada mil habitante (IC95%: 2,2 a 8,9).

En general la prevalencia aumenta conforme aumenta la edad y es mayor en hombres que en mujeres. La condición tiene una evolución progresiva e irreversible con una secuencia de tres momentos claves en el deterioro funcional de los pacientes: el paso de manifestaciones unilaterales a bilaterales, la aparición de desequilibrio y finalmente la pérdida de independencia funcional.

TERAPEUTICA CONTRA EL PARKINSON

El esfuerzo terapéutico se enfoca generalmente en frenar la progresión de la enfermedad, el alivio de los síntomas motores y no motores y la prevención de fluctuaciones motoras y discinesias. Para los dos últimos objetivos, las opciones se agrupan en medicamentos anticolinérgicos, agonistas dopaminérgicos derivados o no de la ergotamina y Levodopa acompañada de inhibidores de la descarboxilasa. Las indicaciones varían según la edad del paciente, la gravedad de la condición al inicio del tratamiento y el tiempo de evolución.

Fuente: IETS 2016

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