Los niños soportan el 88% de las enfermedades relacionadas con el cambio climático

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los factores medioambientales contribuyen al 26% de las muertes anuales en niños (1.5 millones en el mundo), la mayoría relacionadas con enfermedades respiratorias o intestinales dada la contaminación del aire y el agua.
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los factores medioambientales contribuyen al 26% de las muertes anuales en niños (1.5 millones en el mundo), la mayoría relacionadas con enfermedades respiratorias o intestinales dada la contaminación del aire y el agua.

El cambio climático es una amenaza para la humanidad, pero en especial lo es para los niños, ya que genera inundaciones, olas de calor, sequías e inseguridad alimentaria, y son los infantes quienes soportan el 88% de la morbimortalidad asociada a las emergencias climáticas.

Contaminación del aire y el agua

La industrialización, incineración de basuras, vertido de desechos industriales, uso de herbicidas aéreos contaminan en gran medida el aire de todas las zonas rurales y metropolitanas, a esto se une el humo contaminante expulsado por diferentes clases de automotores, lo que genera que más del 90% de la población infantil del mundo respire aire contaminado desembocando en enfermedades respiratorias.

Cabe resaltar que las enfermedades de tipo respiratorio, son la principal causa de morbilidad infantil en el mundo.

Entre estas se encuentran infecciones broncopulmonares, tuberculosis, infecciones congénitas, fibrosis quística y asma, esta última como la enfermedad más frecuente en la población de 5 a 14 años.

La exposición a la contaminación atmosférica durante la infancia dificulta el desarrollo pulmonar, predisponiendo a la EPOC del adulto

Del mismo modo, la contaminación del agua genera enfermedades intestinales, esto se da porque el 5% de la población infantojuvenil de Latinoamérica y la Unión Europea no tiene acceso al agua potable.

 

Enfermedades por cambio de hábitos

La nueva generación de niños ha cambiado sus hábitos de interacción con la sociedad; el modo de relacionamiento actual se hace de modo virtual, lo que dispara el sedentarismo en esta población, ya que no hay necesidad de “salir al mundo exterior”; estos cambios generan que, en el mundo, alrededor de 41 millones de niños menores de 5 años tengan sobrepeso y obesidad.

Igualmente, la prevalencia de diabetes se ha duplicado desde 1980; Precisamente en latinoamérica se espera que la diabetes aumente en un 38% para el 2025.

Inseguridad alimentaria

Por otro lado, los países que sufren más de los estragos del cambio climático no pueden suplir la necesidad alimentaria de su población, y de nuevo, son los niños quienes más se ven afectados puesto que 540.000 niños al año mueren por desnutrición en el mundo.

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Trastornos endocrinos

La inyección de hormonas en animales destinados al consumo humano y la exposición a disruptores hormonales contenidos en diferentes elementos de la vida diaria, también trae consigo serias consecuencias en la salud de los niños y jóvenes.

En la Unión Europea, durante el último siglo la menarquia ha disminuido de los 17 hasta los 12 años al igual que en América Latina.

La pubertad adelantada incrementa el riesgo de cáncer de mama y ovario, enfermedades cardiovasculares, infertilidad, embarazos en adolescentes y alteraciones mentales en las jóvenes.

En los adolescentes hay un incremento en malformaciones urogenitales, baja calidad seminal y cáncer testicular.

Trastornos del neurodesarrollo.

La exposición infantil a neurotóxicos, en fases prenatales y postnatales, puede dañar y producir alteraciones de la función cerebral, apareciendo en épocas tanto infantojuveniles como adultas, teniendo en ocasiones secuelas permanentes.

Cada vez es mayor la evidencia de la asociación entre exposiciones tempranas a factores ambientales, como la contaminación atmosférica, con las alteraciones del neurodesarrollo. En niños, cerca del 1% sufren retraso mental, los problemas del aprendizaje afectan entre el 5% y el 10%, el déficit de atención-hiperactividad entre el 6% y el 17%. Estas cifras corresponden a un estudio de la Asociación Española de Pediatría, llamado Amenazas, desafíos y oportunidades para la salud medioambiental pediátrica en Europa, América Latina y el Caribe

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