Intervenido hospital Emiro Quintero Cañizares de Ocaña

87 fue el total de hallazgos evidenciados por la Supersalud en la gestión de 2019 y primer semestre de 2020 del hospital Emiro Quintero Cañizares, de Ocaña, Norte de Santander.
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Tras identificar al menos 87 deficiencias administrativas, financieras y asistenciales que ponen en riesgo la prestación adecuada y oportuna de los servicios de salud a sus usuarios, la Superintendencia Nacional de Salud ordenó a tr4avés de la resolución 12773, la intervención forzosa administrativa del hospital Emiro Quintero Cañizares, de Ocaña, Norte de Santander.

Según La Supersalud, la medida, que regirá durante los próximos seis meses, implica la toma de posesión inmediata de los bienes, haberes y negocios de esta Entidad Social del Estado (ESE) que cuenta con 12 sedes, 149 camas, 80 consultorios, 5 salas de cirugía, 2 salas de parto y una de procedimientos, y tiene habilitados 234 servicios de baja y mediana complejidad para la atención en varios municipios del departamento.

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Los hallazgos

La existencia de procesos contractuales presuntamente irregulares, evidenciando situaciones relacionadas con: oferentes inexistentes, sobrecostos, procesos contractuales con conflicto de interés-colusión, concentración de proveedores, participación en procesos contractuales establecimientos comercio sin RUES, CC o NIT, entre otros, serían algunos de los hallazgos revelados por la Supersalud, de 44 contratos celebrados entre 2019 y los primeros 5 meses de 2020.

De acuerdo con una auditoría realizada por la Supersalud en junio de este año, el hospital pagó anticipos sin tener argumentos técnicos; vinculó personal misional a través de cooperativas, configurando una tercerización laboral; suscribió contratos onerosos sin estudios de costos, y desarrolló procesos de contratación donde se les pedían cotizaciones a proveedores inexistentes o donde cotizaban, al parecer, al mismo tiempo empresas de cónyuges.

En este sentido, la Supersalud indicó. “Se pudo detectar que al parecer más de 17.000 millones de pesos contratados en un periodo de 14 meses se concentraron en 8 proveedores que en la práctica resultaban siendo 4, dado los vínculos de consanguinidad y afinidad que existían entre ellos”. Asimismo, agregó “La E.S.E. Hospital Emiro Quintero Cañizares, realiza pagos a los contratistas sin que los supervisores hagan el seguimiento técnico del cumplimiento del contrato, al evidenciarse que efectúan pagos sin el soporte de verificación de informes en el desarrollo de la ejecución contractual”.

Otra de las fallas evidencias en la ESE  fue la falta de sistematización de procesos como el registro de los traslados terrestres de usuarios, que se realizaba en un cuaderno y con información inconsistente.

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Información financiera

En materia financiera se considera poco creíble la labor realizada por la Revisoría Fiscal del hospital, dado que no se evidenció que realice examen exhaustivo de la información para elaborar su dictamen, pasando por alto inconsistencias en la información financiera y/o legal.

“Tras advertir que en muchos aspectos que la información financiera dada por el hospital es confusa, incompleta, no verificable e incomprensible, el informe de la auditoría de Supersalud estableció un aumento de riesgo en el equilibrio financiero del hospital, pues su déficit presupuestal pasó de 7.38% en 2019 a 61.4% en los 5 primeros meses de 2020”. Señaló la Supersalud.

Los pasivos de la ESE, se observa para el cierre de la vigencia 2019 fueron de $16.209 millones y las cuentas por cobrar brutas de la E.S.E. en 2019 ascendieron al valor de $94.183.150 miles, lo que indica la deficiente gestión de recaudo.

Durante el análisis, se advirtió que el hospital factura servicios que no están justificados o que no cuentan con soporte. 

Incumpliendo con la normatividad existente, se evidenció que los dos últimos gerentes del hospital dieron poder a un colaborador vinculado a través de una cooperativa de trabajo para que asistiera y realizara actas de conciliación de cartera y acuerdos de pago en representación de esa institución de salud.

La auditoría de la Supersalud puso de manifiesto también una falta de control en las existencias, vigencias y almacenamiento de los medicamentos, así como una deficiente planeación y control sobre los precios de los productos.

Atención en salud

Por último, en el aspecto asistencial, se evidenciaron incumplimientos frente a los estándares de habilitación en lo relacionado con infraestructura, dotación, medicamentos, dispositivos médico e insumos, entre otros, historia clínica, Plan de Gestión Integral de Residuos Hospitalarios y estándar de medicamentos, entre otros; así como incumplimiento de las normativas de bioseguridad, en cuanto a: atención segura, manejo de residuos hospitalarios, proceso de esterilización, protocolos de limpieza y desinfección de áreas y superficies.

 “Con el Emiro Quintero Cañizares, son ya seis los hospitales públicos que han sido objeto de intervención forzosa por parte de la Supersalud durante la actual emergencia sanitaria. En el mes de marzo, lo fue el San Marcos, de Sucre; en abril, el Sandiego de Cereté; en mayo, el hospital Julio Méndez Barreneche de Santa Marta y el hospital San Rafael de Leticia; y en julio, la nueva ESE San Francisco de Asís, de Quibdó”. Puntualizó la Supersalud.

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