En México, la población en etapa de vejez está en aumento. Según cifras oficiales, alrededor de 18 millones de personas se encuentran en esta etapa de la vida, de las cuales el 15% requiere cuidados debido a dependencia funcional. Ante esta creciente necesidad, el Instituto Nacional de Geriatría (Inger), dependiente de la Secretaría de Salud, ha lanzado un nuevo estándar de competencia dirigido a las cuidadores de adultos mayores con dependencia, con el objetivo de garantizar una atención de calidad y digna para este grupo vulnerable. Esta iniciativa se enmarca dentro de los esfuerzos por construir el Sistema Nacional de Cuidados, una política pública impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Un estándar para mejorar el cuidado y la calidad de vida
El estándar de competencia propuesto por Inger busca regular y certificar a los cuidadores de personas adultas mayores con dependencia funcional, una tarea esencial que hasta ahora ha sido llevada a cabo principalmente por familiares o cuidadores informales. Durante el lanzamiento del estándar, la directora general del Inger, María del Carmen García Peña, subrayó que esta iniciativa se gestó desde 2017 y es el primer paso sólido para la construcción de un sistema integral de cuidados.
García Peña resaltó que el objetivo del nuevo estándar es proporcionar los cuidados más adecuados a las personas adultas mayores, al mismo tiempo que se promueve la equidad de género, considerando que en muchos casos son las mujeres quienes asumen la responsabilidad de cuidado. La creación del Sistema Nacional de Cuidados también busca regular tanto las instancias formales como informales que realizan esta labor, garantizando que quienes se encargan de los cuidados reciban el apoyo necesario y que las personas mayores reciban atención digna.
Un marco de competencia para cuidadores
El nuevo estándar de competencia elaborado por Inger está orientado a mejorar las capacidades de las personas cuidadoras a través de una formación adecuada y su posterior certificación. La enfermera especialista del Inger, Alma Laura Deyta Pantoja, fue la encargada de presentar los detalles de este marco, el cual se centra en tres componentes fundamentales: identificar las necesidades específicas de cuidado de cada adulto mayor, ofrecer apoyo en actividades básicas de la vida diaria y brindar asistencia en tareas instrumentales que faciliten la vida cotidiana del paciente.
Deyta Pantoja también explicó que, para mejorar la calidad del cuidado, los cuidadores deberán llevar un registro detallado de los aspectos más relevantes de la atención brindada. Este registro incluirá información sobre medicamentos, signos vitales, niveles de oxigenación, glucosa y temperatura, entre otros, así como un informe diario de las actividades realizadas. La creación de una carpeta de actividades, que debe actualizarse todos los días, facilitará la organización del cuidado y permitirá a los cuidadores responder de manera eficiente a situaciones imprevistas que puedan surgir durante el proceso.
Desafíos del envejecimiento y el aumento de la dependencia funcional
El director de Enseñanza y Divulgación del Inger, Eduardo Sosa Tinoco, enfatizó que la discapacidad asociada al envejecimiento es un fenómeno que aumentará en el país, especialmente debido a la carga de enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, comunes en la población adulta mayor. Actualmente, se estima que el 15% de la población geriátrica mexicana presenta algún tipo de dependencia funcional, lo que incrementa la demanda de cuidadores capacitados y adecuados para atender a este sector de la población.
Sosa Tinoco destacó que la formalización y certificación de los cuidadores es esencial para garantizar la calidad del servicio prestado a los adultos mayores y reducir los riesgos de maltrato o negligencia. En este contexto, el desarrollo de un sistema de formación y certificación no solo mejorará las competencias de los cuidadores, sino que también contribuirá al bienestar de los adultos mayores, quienes tendrán acceso a atención especializada y ajustada a sus necesidades.
Hacia la creación de un Sistema Nacional de Cuidados
El anuncio del estándar de competencia se alinea con el esfuerzo más amplio por parte del gobierno mexicano para crear un Sistema Nacional de Cuidados, un proyecto que, según el Inger, debe ser integral y garantizar el bienestar tanto de las personas mayores como de los cuidadores. Este sistema está basado en el reconocimiento de los derechos de los adultos mayores, la integración de políticas públicas de cuidado y la creación de una infraestructura adecuada para este fin.
La creación del sistema también responde a la necesidad de una mayor equidad en la atención de las personas adultas mayores, quienes en muchos casos dependen de familiares para recibir atención, pero enfrentan desigualdades en cuanto al acceso a servicios formales de cuidado. La propuesta no solo implica mejorar la calidad del cuidado, sino también reconocer la labor de quienes dedican su tiempo y esfuerzo a cuidar a sus familiares, muchas veces sin recibir compensación ni formación adecuada.
Implicaciones sociales y económicas
La implementación de este estándar de competencia tiene importantes implicaciones sociales y económicas. En el plano social, la capacitación y certificación de los cuidadores puede reducir el estigma asociado al cuidado de personas adultas mayores, un trabajo que históricamente ha sido visto como informal y sin reconocimiento. Además, ofrecer herramientas adecuadas para los cuidadores formales e informales puede mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, permitiéndoles una vida más independiente y digna.
Económicamente, la creación de un sistema formal de cuidados puede aliviar la presión sobre las familias y el sistema de salud pública, garantizando que los recursos se distribuyan de manera más eficiente y que los cuidadores reciban el apoyo necesario para desempeñar su labor de manera efectiva. Además, este sistema puede generar empleo y formación en un sector en crecimiento, dado el envejecimiento de la población mexicana y el aumento de la demanda de servicios de cuidado.