Enfermedades no Transmisibles carga de morbilidad y sus repercusiones

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Para CONSULTORSALUD es preocupante la falta de intervenciones de eficacia, los costos de la atención sanitaria, y la constante falta de inversión en medidas contra las enfermedades no transmisibles y los trastornos mentales, los cuales, en la actualidad, representan una de las mayores amenazas para la salud y el desarrollo en todo el mundo.

Según la OMS en favor de la inversión en la esfera de enfermedades no transmisibles revelaron  que miles de millones de personas de todo el mundo están afectadas por enfermedades no transmisibles, y en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez. La creciente tendencia al envejecimiento de la población tiene enormes ramificaciones para la prevención y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles.

Además, muchas personas morirán prematuramente por cuatro enfermedades no transmisibles, entre estas, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes. Esas cuatro enfermedades se pueden prevenir, en gran medida, con políticas públicas que controlen los cuatro principales factores de riesgo: consumo de tabaco, consumo nocivo de alcohol, dietas malsanas y sedentarismo.

En una publicación  reciente, The Lancet Taskforce on NCDs and Economics, revela una estrecha relación entre el crecimiento económico y el control de las enfermedades no transmisibles. La pobreza agrava las consecuencias negativas de las enfermedades no transmisibles.

Enfermedades no transmisibles

Existen muchos otros trastornos de importancia para la salud pública estrechamente relacionados con las cuatro principales enfermedades no transmisibles. Entre ellos figuran otras enfermedades como: Enfermedades renales, endocrinas, neurológicas, hematológicas, gastroenterológicas, hepáticas, osteomusculares, dermatológicas y bucodentales, así como trastornos genéticos; trastornos mentales y por abuso de sustancias; discapacidades, incluida la ceguera y la sordera, violencia y el traumatismos.

Aunque el número de defunciones prematuras ha aumentado en el periodo 2000-2015, la probabilidad de morir por alguna de las cuatro enfermedades no transmisibles está disminuyendo. Esto obedece principalmente a dos factores: una creciente población de 30 a 70 años, y una reducción de la mortalidad en solo dos categorías, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias crónicas. Sin embargo, la tasa mundial de reducción del 17% entre 2000 y 2015 sigue siendo insuficiente para alcanzar la meta de bajar en una tercera parte la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para 2030.

Compromisos mundiales para prevenir y tratar las ENT

En los últimos años, en consonancia con el creciente reconocimiento del problema que suponen las enfermedades no transmisibles, las Naciones Unidas y la OMS efectuaron acciones sobre esta cuestión en diversos foros internacionales. Reconociendo que las enfermedades no transmisibles representan uno de los principales obstáculos al desarrollo en el siglo XXI, y que requieren un enfoque multisectorial, según se destaca en la Declaración de Moscú adoptada en la Primera Conferencia Ministerial Mundial sobre Modos de Vida Sanos y Control de las Enfermedades No Transmisibles, la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó dos reuniones de alto nivel sobre las enfermedades no transmisibles. La reunión de 2011 dio lugar a una declaración política de las Naciones Unidas en la que los países y los organismos multisectoriales y donantes contrajeron numerosos compromisos en relación con la prevención y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles. Posteriormente, los Estados Miembros de la OMS acordaron una reducción del 25% en la tasa de mortalidad prematura para 2025  y fijaron un conjunto de metas concernientes a los factores de riesgo y los sistemas de salud que, si se alcanzan, asegurarán el logro de la meta relativa a la mortalidad.

En 2014, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, los Estados Miembros adoptaron un documento final que incluía cuatro compromisos con plazos establecidos y utilizaba 10 indicadores de progresos, con miras a su aplicación en 2015 y 2016. Esos compromisos consisten en: establecer metas nacionales con respecto a las enfermedades no transmisibles; elaborar un plan nacional; reducir los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles; y fortalecer los sistemas de salud para responder a las enfermedades no transmisibles.

Lamentablemente, los progresos hacia el cumplimiento de esos compromisos han sido decepcionantes. Hasta 2017, 83 países habían realizado progresos insuficientes o nulos en lo concerniente a los cuatro compromisos con plazos establecidos (basados en los países que informaron haber alcanzado plenamente menos de cinco indicadores, entre un total posible de 19). Ningún país alcanzó plenamente los 19 indicadores.

Dificultades para la aplicación ENT

Los compromisos contraídos no se han traducido en medidas legislativas y reglamentarias, inversiones

constantes o financiación de programas contra las enfermedades no transmisibles de manera coherente

entre los Estados Miembros.

En las actividades contra las enfermedades no transmisibles es preciso aplicar enfoques intersectoriales

que abarquen la salud en todas las políticas, en todos los ámbitos gubernamentales y en toda la sociedad.

Aun cuando existen numerosas intervenciones contra las enfermedades no transmisibles, muchos países están quedando rezagados en su aplicación. Esto obedece a diversos motivos, pero los principales obstáculos son:

1. alta de voluntad política, compromiso, capacidad y medidas.

2. falta de políticas y planes concernientes a enfermedades no transmisibles.

3. dificultades para el establecimiento de prioridades.

4. repercusiones de factores económicos, comerciales y de mercado.

5. capacidad técnica y operacional insuficientes.

6. financiación (nacional e internacional) insuficiente para intensificar las respuestas nacionales a las enfermedades no transmisibles.

7. falta de rendición de cuentas.

Descargue: Documento Carga de morbilidad y repercusiones de las Enfermedades no Transmisibles y los trastornos mentales.

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