El Instituto de Salud para el Bienestar -Insabi-, que reemplazó al Seguro Popular mexicano que cubría el acceso a salud de las personas sin seguridad social, tuvo una disminución del 94% en el gasto, en comparación con el año pasado. Pese a que el presupuesto destinado al instituto no fue recortado, el gasto sí cayó exponencialmente.
Durante el primer mes del año, el Insabi ejerció un presupuesto de apenas $34 millones de pesos, lo que significó una caída de 94% en comparación con el mismo mes del 2021, señala en un análisis México Evalúa, un centro de pensamiento y evaluación de la operación gubernamental.
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Cabe mencionar, que desde que se estableció el funcionamiento del Insabi en 2020, el presupuesto efectivamente gastado en atender a la población sin seguridad social no ha dejado de disminuir, al igual que las consultas médicas. Es decir, que este es el tercer año consecutivo en el que el gasto del Insabi cae en enero.
Adicionalmente, se evidencia un subejercicio casi total de su gasto en el mes, es decir, de gasto menos a lo presupuestado.
“Se tenían presupuestados $6.600 millones de pesos para el Insabi, por lo que el subejercicio de recursos fue casi total (…) Puede deberse a una transferencia anticipada de recursos del Insabi hacia el IMSS-Bienestar, el cual se hará cargo, a partir de abril del 2022, de las personas sin seguridad social en algunos estados. Esto puede explicar el casi nulo gasto en enero, pero no lo justifica: de ser correcta esta hipótesis se habrían transferido recursos al IMSS antes de que éste se hiciera cargo de las obligaciones del Insabi”, subrayó México Evalúa.
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Los cambios inesperados y poco preparados de la migración de la atención a la población más vulnerable hacia el IMSS-Bienestar sugieren que el 2022 será incluso peor que el 2021 en materia de atención, esto teniendo en cuenta que el año pasado, el gasto total del Insabi, sin contar aportaciones a fideicomisos, fue de $59.100 millones de pesos, 4% menos que en 2019 cuando aún existía el Seguro Popular.
Las atenciones del Insabi son insuficientes
La reducción en el gasto del instituto impacta de manera directa, la atención de la población sin seguridad social, de hecho el número de consultas que hizo el Insabi el año pasado es muy bajo en comparación con el 2020, sin embargo podría deberse (al menos en parte) a la pandemia por Covid-19.
Particularmente, a inicios de este año, las consultas para atender las enfermedades crónico-degenerativas como el cáncer, la diabetes y el VIH sumaron 229.000 visitas médicas, es decir, una reducción de 41% respecto a enero del 2021.
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“La reducción de este tipo de atención implica un mayor riesgo de muerte. Se pone en juego la vida de los pacientes y, desde luego, también se traduce en mayor empobrecimiento de la gente que de por sí enfrenta enfermedades altamente costosas en su tratamiento”, destacó la organización en su análisis.
Es preciso decir, que según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público -SHCP- durante la pandemia el gasto que los mexicanos destinaron a salud tuvo un crecimiento sustancial. De hecho el gasto de bolsillo destinado a salud em 2019 fue de 42.1% mientras que en 2020 alcanzó el 49.4%,
Con este crecimiento, el gasto de bolsillo en salud en México representó más del doble del promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de 22.7%.
