Esta semana se conoció que el Gobierno adeuda casi $10.000 millones de pesos mexicanos a la industria farmacéutica, por procesos relacionados con la compra y distribución de medicamentos que realiza de manera consolidada el Instituto de Salud para el Bienestar -Insabi- apoyado en la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos -UNOPS.
De este monto, cerca de $6.000 millones de pesos corresponden a 186 agremiados dentro de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma). “Hay mucha opacidad en todos los procesos que se llevaron a cabo, de las empresas que nos han reportado, que no es el total, son más de $6.000 millones de pesos, es impresionante lo que se le debe a la industria”, explicó Rafael Gual, director de la Cámara.
Se sabe que el 50% de la deuda total se concentra en la UNOPS, mientras que los recursos restantes deben ser pagados por el Insabi y por el Instituto Mexicano del Seguro Social -IMSS-. De hecho, el año pasado el gobierno desmanteló el sistema de compras del Insabi y el UNOPS y optó por adquirir medicamentos a través de adquisiciones directas, lo que provocó que hubiera dos sistemas y muchos rezagos en los pagos, afirma el Instituto Farmacéutico de México -INEFAM.
“La deuda a la industria debe ser superior a $10 mil millones de pesos, hay que recordar que el hecho de tener más de dos procesos de compra ante un sistema de distribución y logística con muchos rezagos ha llevado desfases importantes en la comunicación para que corran los pagos a proveedores”, estimó Enrique Martínez Moreno, vicepresidente del INEFAM.
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La nueva estrategia de compra de medicamentos en México ¿funciona?
Como hemos escrito ya en anteriores artículos, la compra consolidada de medicamentos en México no es una novedad, se ha mantenido durante muchos años, pero ha cambio de actor principal. Anteriormente se hacia desde la Comisión Coordinadora para la Negociación de Precios de Medicamentos y otros Insumos para la Salud y posteriormente lo hizo el IMSS.
Pero el Gobierno de AMLO, con su bandera anticorrupción, quiso hacer frente a los sobrecostos “extraños” en la compra de medicamentos y material de curación del sector salud y en el 2020 le encargaron el proceso a la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en sustitución del IMSS. En ese entonces el 43% de la licitación se declaró desierta y se recurrió a adjudicaciones directas.
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Por lo que el ejercicio de transparencia no fue más que letra muerta. Ahora, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), detectó otras anomalías. Por ejemplo, hay un hueco de $6.714 millones de pesos en el procesos que lideró la SHCP y los diferentes programas para la prestación de servicios de salud y medicamentos, que surgieron para solventar la desaparición del Seguro Popular que dio paso al Insabi.
“En 2021 estará mucho peor la auditoría, porque los datos de acceso están mucho peor. El desabasto ha sido sistemático, inclusive la Sedena tuvo aumento en recetas no surtidas”, comentó Andrés Castañeda, coordinador del Colectivo Cero Desabasto.
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Reglamentación del Insabi: en vilo
Desde su creación en 2020, el Insabi no tiene un reglamento para operar ni para la intermediación de compras de medicamentos, pero aún así firmó un acuerdo con la UNOPS para liderar el proceso de adquisición de medicamentos de 2021 a 2024. (Que evidentemente no ha dado resultado pues las entidades de salud han tenido que recurrir a hacer compras directas de los insumos y medicamentos que necesitan, porque las compras realizadas no alcanzan a cubrir la demanda)
Particularmente, el año pasado hubo un incremento del 188% en el reporte de desabasto en las farmacias, posicionándolo como el peor año en cuanto a escasez de fármacos, según un informe del Colectivo Cero Desabasto. “Vamos a seguir viendo retrasos en logística y distribución, sin duda las instituciones están recurriendo a propias compras, por ejemplo, a Pemex y servicios de salud de Guanajuato ya no les interesó ni UNOPS, ni el Insabi, están resolviendo por su propia cuenta, y hay otras”, agregó Martínez Moreno.
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Reiterativamente, se ha mencionado que los medicamentos para el cáncer, la diabetes, la hipertensión arterial y trastornos de salud mental son los que presentan más escasez en el territorio.
La compra consolidada no cubre la demanda
INEFAM afirmó en un informe preliminar que en 2021 las instituciones de salud del país adquirieron 1.077 millones de medicamentos, es decir, 37% menos , de los 1.700 millones de medicamentos que se requieren para operar el sistema de salud.
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Según proyecciones de INEFAM el desabasto estará presente también este año ya que se prevé que el 50% de la compra de medicamentos será por adjudicación directa. “La razón es que UNOPS incluso está haciendo compras menores, 380 millones de piezas, e Insabi igual con cerca de 400 millones de piezas para cubrir el año, cuando el mercado mexicano requiere más de mil 700 millones de piezas, me parece que esa dejando un margen importante para que vuelvan a ocurrir licitaciones adjudicaciones directas de manera individual”, concluyó Martínez Moreno.
Finalmente, Castañeda mencionó para el diario el Financiero de México que no se compraron las medicinas, y por más que un funcionario público tenga buenas intenciones, o que un estado le quiera echar más ganas, y no tiene chance de comprar directo, difícilmente solventará la carga. Y que, además, la mayoría de las compras que se hicieron fue por adjudicación directa y eso está llevando a sobrecostos y perdiendo la certeza a la industria farmacéutica.
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