Coronavirus SARS-CoV2 y Cáncer

Las personas con cáncer tienen mayor susceptibilidad para adquirir la infección debido a su estado de inmunosupresión asociada a la enfermedad como a los tratamientos.
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Todo empezó el 1 de diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, pero no voy a narrar nuevamente la historia suficientemente difundida ya en los medios. El mundo asiste hoy a una pandemia generada por la aparición de un nuevo virus del subtipo beta coronavirus denominado SARS-CoV2 debido al síndrome respiratorio agudo grave que produce, el cual a su vez se ha denominado COVID-19.

Hoy 10 de marzo de 2020 la OMS reporta 118162 casos confirmados mundialmente con 4290 muertes directas. En nuestro país hay reporte de 3 casos confirmados, pero esperamos que sigan generándose más acorde con las dinámicas de la pandemia.

Si bien la letalidad asociada a la infección se sitúa entre 2,3 a poco más de 4%, existen poblaciones especiales de mayor riesgo para infección severa y muerte.

Las personas con cáncer tienen mayor susceptibilidad para adquirir la infección debido a su estado de inmunosupresión asociada a la enfermedad como a los tratamientos. El reporte más grande de una cohorte de pacientes con cáncer e infección COVID-19 es el de Liang et al, publicado en la revista The Lancet Oncology de este mes (volumen 21, marzo 2020).

Liang describe 18 casos que corresponde a 1% de la totalidad de infectados en China para la fecha del reporte. El tipo de cáncer más frecuente es el de pulmón (28%). El 25% de los pacientes estaba recibiendo tratamiento oncológico en el mes previo a la infección mientras que 75% se encontraba en seguimiento de su enfermedad.

Con respecto a la población general enferma, los pacientes con cáncer eran mayores (edad promedio 63,9 Vs 48,7 años), fumadores (22% Vs 7%) y con hallazgos imagenológicos más severos en las tomografías torácicas iniciales de diagnóstico (94% Vs 71%). No se encontraron diferencias respecto a distribución por género o comorbilidades.

El hallazgo más importante de la cohorte es que los pacientes con cáncer tuvieron mayor riesgo de eventos severos definidos como la necesidad de ingreso a unidad de cuidados intensivos, soporte ventilatorio invasivo o muerte comparativamente con los pacientes infectados sin cáncer (39% Vs 8% p: 0,0003). Este riesgo de eventos severos a su vez fue mayor en los pacientes que se encontraban en tratamiento activo (quimioterapia y/o cirugía) en el mes previo a la infección COVID-19 (75% Vs 43% OR 5,34).

Después de hacer los ajustes estadísticos para evaluar el impacto de otras comorbilidades la historia de cáncer (especialmente en tratamiento activo reciente) fue el único factor asociado con eventos severos (OR 1,43 IC 0,97 – 2,12 p: 0,072). Es decir, los pacientes con cáncer infectados tienen un riesgo 1,5 veces mayor de complicarse por la enfermedad. Además, el tiempo de deterioro clínico en este subgrupo también fue mucho más rápido (13 Vs 43 días p: 0,0001).

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Los autores y otros expertos consideran que ante estos datos las medidas a seguir en los pacientes con cáncer y COVID-19 deberían ser (además de las recomendaciones generales para la prevención de la infección):

  • Posponer (si hay enfermedad estable o no se espera deterioro rápido) los tratamientos oncológicos activos, especialmente en zonas con actividad elevada de la infección.
  • Optimizar las medidas de prevención especialmente barreras de contacto en este tipo de pacientes
  • Aumentar la vigilancia activa en estos pacientes realizando búsqueda directa de sintomáticos

y/o contactos e incluirlos en una vía rápida de diagnóstico

Hay algunos casos reportados de pacientes con cáncer y COVID-19 que han sido tratados con antiretrovirales (lopinavir/ritonavir, atazanavir etc) y que se han recuperado en un tiempo menor a lo esperado, sin embargo, son casos particulares y en este momento no existe aún un tratamiento específico para la infección para ningún grupo de pacientes.

Mi recomendación final es seguir los lineamientos expedidos por las autoridades sanitarias nacionales. En esta fase propender por un aislamiento voluntario, especialmente en los pacientes con cáncer e intentar al máximo que los servicios de salud vayan más a estas poblaciones antes que estimular su asistencia a instituciones de salud excepto cuando sean sintomáticos. Una vez confirmado un caso de COVID-19 en pacientes con cáncer de cualquier tipo -especialmente aquellos en tratamiento activo- deberá iniciarse tratamiento intensivo ya que como queda demostrado tienen un riesgo mucho mayor de un deterioro clínico rápido y agresivo.  Vale la pena mencionar que los pacientes sobrevivientes de cáncer, sin evidencia de enfermedad activa tienen las mismas características de riesgo que la población en general y por tanto lo escrito en este resumen no aplica para dichas personas. No debe generarse más pánico del que hay.

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