El gasto público en salud en México ha experimentado una caída histórica durante los primeros cinco meses del año, según informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esta disminución se produce en medio de una debilidad en los ingresos públicos y subejercicios reportados en la Secretaría de Salud (SSa). Este gasto representa una fracción mínima del presupuesto total, y está muy por debajo del mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta situación plantea un desafío significativo para el sistema y la atención médica.
Entre enero y mayo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador destinó 240,027 millones de pesos al gasto en salud, lo que representa solo el 11% de los más de 2.1 billones de pesos ejercidos en el mismo período. Esta cifra es preocupante, ya que está muy por debajo de los estándares internacionales y del mínimo recomendado por la OMS, que sugiere que los países destinen al menos el 6% del Producto Interno Bruto (PIB) al gasto en salud, mientras que México solo destinó el 2.9% del PIB en 2020.
Esta caída es la más pronunciada desde que se comenzaron a registrar estos datos en 2007, lo que indica una falta de inversión en un área vital para el bienestar de la población. Además, el gasto en salud ha experimentado una disminución constante en los últimos tres años, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad y la capacidad del sistema de salud para brindar una atención adecuada.
Factores de la disminución del gasto en salud
Una de las principales razones detrás de esta disminución del gasto en salud es la debilidad en los ingresos públicos. La menor recaudación de recursos a través del petróleo ha impactado negativamente en las finanzas del gobierno, lo que ha llevado a recortes en diversos sectores, incluida la salud. Durante los primeros cinco meses del año, los ingresos públicos estuvieron por debajo de lo estimado en 156,785 millones de pesos.
La Secretaría de Salud (SSa), encabezada por Jorge Alcocer, ha experimentado subejercicios en su presupuesto, lo que ha contribuido a la disminución del gasto en salud. Estos subejercicios son recurrentes en el sector de la salud y han llevado a una falta de recursos para abordar las necesidades médicas de la población. En el primer trimestre del año, la SSa tenía un subejercicio de 6,533 millones de pesos, lo que refleja una falta de eficiencia en la ejecución del presupuesto asignado.
Esta falta de inversión se traduce en una atención deficiente para los mexicanos y un aumento del gasto de bolsillo. Según datos de la SHCP, durante la pandemia del Covid-19, el gasto de bolsillo en salud en México aumentó significativamente. En 2019, representaba el 42.1%, mientras que en 2020 se elevó al 49.4%. Este aumento del gasto de bolsillo significa que los hogares mexicanos tienen que destinar más recursos para acceder a la atención médica, lo que puede generar una mayor desigualdad y dificultades financieras para muchas familias.
La caída del gasto en salud en México refleja una situación preocupante en el sistema y la atención médica en el país. La falta de inversión adecuada tiene consecuencias directas en la calidad y accesibilidad de los servicios médicos para la población. Además, el aumento del gasto de bolsillo pone una carga adicional sobre los hogares mexicanos, lo que agrava aún más la desigualdad y dificulta el acceso a la atención médica.
El gasto en salud en México representó más del doble del promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A pesar de que muchos países de cuentan con una cobertura sanitaria casi universal, los pagos de bolsillo siguen siendo una fuente importante de financiamiento de la salud. Esto se refieren a la proporción del gasto que los hogares destinan directamente para cubrir los diferentes requisitos de atención médica, una vez que han satisfecho sus necesidades alimentarias.